Decepción

Tal como se presentan las cosas, los islamistas tendrán mayoría en 2007. Todos los marroquíes pensaban que el nombramiento de Jettu como primer ministro perseguía la formación de un Gobierno dinámico, centrado esencialmente en la reactivación económica. Los rumores durante esta larga espera, así como el silencio oficial, daban motivos de preocupación. Formado el Gobierno, se confirma la decepción. Los mismos partidos, la misma mayoría ampliada y un poco más diluida. Y en su mayoría los mismos hombres. ¿De qué ha servido celebrar elecciones, cambiar de Gobierno y tardar tanto para volver al inicio? En definitiva, ¿cuál es el objetivo de este gasto de energía? Es para preguntarse si no hay un malentendido fundamental entre nosotros y nuestros dirigentes. Para la opinión pública, el Gobierno debe formarse para permitir la mejor gestión posible del país. (...) Aparentemente, en el espíritu de nuestros dirigentes, formar Gobierno es una cuestión de reparto, de entendimiento entre ellos. Por eso, el malentendido es grave, porque contribuye a alejarnos de unos objetivos que tienen que ser los de una sociedad que quiere desarrollarse. En un país en el que la situación económica y social es crítica, (...) es dramático constatar que estas consideraciones no se tomen en cuenta. Tal comportamiento político prepara el terreno a los islamistas. Mientras los partidos clásicos buscan hacerse con el poder, los islamistas han iniciado la conquista de la sociedad. Una vez lograda, el poder les llegará de forma natural.