Siria sorprende con un 'sí' tras la mediación de Powell y Chirac
La resolución obtuvo un respaldo unánime. Incluso Siria, que sólo unas horas antes era duda, se inclinó por el sí. Sorprendió tratándose de un país árabe, el único que ocupa uno de los sitios rotatorios del Consejo de Seguridad. Pero las presiones para evitar su abstención fueron grandes: el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, envió una carta al ministro sirio de Exteriores, Faruk al Shara, y el presidente francés, Jacques Chirac, telefoneó a su homólogo, Bachar el Asad, poco antes de la votación. Ambos pidieron su respaldo.
Falta por saber qué le ofrecieron a cambio. Ni el comunicado de la presidencia francesa ni la nota de la agencia Sana, que se hizo eco de la carta, hacían referencia a contrapartidas. Y, sin embargo, hace ya algunos años que los pasaportes sirios han dejado de llevar la frase 'válido para todo el mundo con excepción de Irak'.
Desde que en 1997 los dos vecinos empezaran a romper el hielo después de dos décadas de rivalidad ideológica e ignorancia recíproca, el acercamiento entre Damasco y Bagdad se ha traducido en unos intercambios comerciales cercanos a los mil millones de dólares el año pasado bajo el programa Petróleo por Alimentos. Esas ventas han supuesto una importante inyección económica para Siria y una brecha más en el aislamiento internacional para Irak. Además, según ha denunciado EE UU, la rehabilitación del oleoducto Kirkuk-Banias, por el que en 1982, antes de su cierre, pasaban 1,4 millones de barriles de petróleo diarios, habría permitido ingresos adicionales, no controlados por la ONU, a ambos gobiernos.
Uso de la fuerza
El secretario de Estado, según la agencia de noticias siria, 'subrayaba en su carta que el texto final, tras las correcciones de Siria, Francia, Rusia y otros países, da a Irak una oportunidad de cumplir con el desmantelamiento de sus armas de destrucción masiva de forma pacífica'. Damasco había insistido en que la resolución no debía referirse 'ni directa ni indirectamente' al uso de la fuerza. 'Powell aseguraba que la aprobación unánime de esta resolución servirá para evitar un futuro enfrentamiento militar', insistía la agencia Sana.
Precisamente, la unanimidad fue el aspecto más destacado tanto por el presidente francés, Jacques Chirac, como por el alto representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, y el viceministro ruso de Exteriores, Yuri Fedótov.
'El mensaje de la comunidad internacional está claro: está unida para decir a Irak que ya es hora de cooperar plenamente con Naciones Unidas', afirmó el jefe de Estado francés en un comunicado recogido por la agencia Efe. Para Solana, la nueva resolución expresa la 'unidad y determinación de la comunidad internacional' para asumir su responsabilidad colectiva en el desarme de Irak. 'Es
una decisión óptima, que abre el camino a un arreglo global de la situación' en torno a ese país, dijo Fedótov.
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