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Reportaje:

'¡Fuera judíos!'

Gritos antisemitas en Berlín en la ceremonia para devolver su nombre a la calle de los Judíos

Javier Moreno

No había sucedido en mucho tiempo. En las calles de Berlín ha vuelto a resonar un grito que muchos creían desterrado para siempre: '¡Judíos, judíos!'. Fue el viernes pasado, en una ceremonia pública con el presidente de la comunidad judía de la capital alemana, Alexander Brenner, a quien un grupo de entre 40 y 50 personas impidió hablar a base de insultos antisemitas, ante la pasividad de la policía. Las autoridades abrieron ayer una investigación.

La ceremonia empezó mal. La idea era celebrar con un par de discursos el cambio de nombre de una calle (Kinkelstrasse) y recuperar el nombre que había llevado durante 400 años: Judenstrasse, o calle de los Judíos. Brenner explicaba que en 1938 los nazis rebautizaron la calle en cuestión. 'Y muy bien que estuvo', se oyó cómo alguien gritaba desde el público.

Se hizo un silencio. Tras la sorpresa inicial, el presidente de la comunidad judía de Berlín intentó proseguir con su discurso. Pero ya no pudo. Los gritos de '¡Judíos, judíos!' y '¡Judíos, fuera!' eran atronadores, según explicó Brenner al periódico Der Tagespiegel. El organizador del acto, el jefe local del partido liberal (FDP), Karl-Heinz Bannash, afirma que durante unos minutos 'reinó un ambiente de pogromo'.

Al contrario que otras veces, el acto no se puede atribuir a neonazis. 'No eran cabezas rapadas', afirma Brenner, a quien el detalle le duele de forma especial. 'Se trataba de gente bien vestida, bien situada, de edades diferentes'. La propietaria de una tienda de los alrededores gritó: '¡Impíos!'. Otra se desgañitaba: 'Vosotros, judíos, crucificasteis a Jesús'.

El asunto apenas ha trascendido en la prensa berlinesa. En parte, porque algunos testigos afirman que no oyeron gritos antisemitas. 'Se gritó, y hubo una protesta generalizada, pero nada de insultos de ese tipo', dijo Elke Schöning, secretaria en una comunidad evangélica del barrio, que acudió a la ceremonia 'por curiosidad'. El cambio de nombre de la calle ha contado desde hace años con la oposición de algunos vecinos, aunque nada parecido a lo del viernes pasado.

Desde la reunificación, ciertos tipos de ataques antisemitas, como las violaciones de tumbas, se han multiplicado por tres en Alemania, según la comunidad judía de Berlín. 'Lo sucedido en Spandau me recuerda dolorosamente a lo que pasaba a finales de los años veinte', declaró el presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Paul Spiegel, en referencia a la pasividad de las fuerzas del orden ante ataques de este tipo.

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