El Museo Arqueológico Nacional se amplía para no ser un 'almacén visitable'
Una nueva planta bajo el jardín provoca una ordenación de los espacios públicos
El plan director del Museo Arqueológico Nacional (MAN) en Madrid (Serrano, 13, www.man.es) incluye una ampliación de 6.600 metros cuadrados, que se conseguirán con una nueva planta bajo la superficie del jardín y con cambios en los espacios interiores. La renovación del museo, con una inversión de 60 millones de euros en los próximos siete años, intenta ofrecer un cambio radical de sus colecciones, para dejar de ser un 'almacén visitable', según su director, Miguel Ángel Elvira, y entre en competencia con las potencias del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen.
El pleno del patronato del Museo Arqueológico Nacional -que preside la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, siendo Manuel Pizarro el presidente de la comisión permanente-, aprobó el pasado día 16 el plan director del museo presentado por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade. La sede actual, abierta en 1895, a espaldas y en el mismo complejo de la Biblioteca Nacional, sólo había tenido reformas en los años sesenta y setenta, con los directores José María Navascués y Martín Almagro, con la misma intención de arañar nuevos espacios para almacenes, salas de exposiciones, talleres y despachos.
Los proyectos de ampliación han pasado por Cultura en los últimos años, hasta que en 1997 el ministerio aprueba un amplio programa de renovación de infraestructuras culturales y, en concreto, planes de museos que incluye obras de reforma en el Arqueológico. No se tuvo en cuenta la oferta de la firma IDOM, que ampliaba con el jardín y con una torre oval en la esquina de Serrano, pero hubo cambios en los patios, cubierta, nueva sala de la edad moderna y la verja, que amenazaba a los transeúntes.
Nueva entrada
Los expertos del museo rechazaron la posibilidad del traslado del museo a un nuevo edificio en los terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, en plena operación del cambio de uso y la continuación de Chamartín, y acordaron con el director, Miguel Ángel Elvira, anterior jefe del departamento de escultura del Prado, que la ampliación se podía realizar en el edificio actual, en los interiores y, sobre todo, con una planta subterránea con la misma extensión del jardín actual, que tiene unos 3.000 metros cuadrados.
De las reuniones técnicas salió el plan director, realizado por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, que ya había hecho en el museo la sala de la edad moderna (hasta el siglo XIX) y algunos montajes de exposiciones, como el de Cristino de Vera. En 1995, consiguió el premio nacional de rehabilitación, por el museo de la Alhambra en el palacio de Carlos V de Granada, ha hecho la museografía del Sefardí de Toledo y rehabilita en la actualidad el Museo Municipal de Madrid. 'Es una intervención respetuosa en un edificio complejo, con unos servicios modernos que son ya imprescindibles', dice.
Las distintas etapas de la ampliación afecta por fases, sin cerrar el museo, a casi todas las plantas. La planta semisótano se extiende bajo el jardín, con un nuevo acceso en rampa desde la entrada actual que desemboca en el espacio de acogida, con el mostrador, tiendas y guardarropa. También se accede a la sala de exposiciones temporales, dos auditorios, talleres infantiles, cafetería con patio y el traslado de la reproducción de la cueva de Altamira, colocada en 1962, con entrada a las salas de prehistoria. En la actual planta baja, la entrada se limita al personal y las obras afectan a los patios y una entreplanta para instalar una sección de numismática. Las plantas superiores mantienen las salas nobles, ganan espacios de las exposiciones temporales, aumentan los despachos y, sobre todo, los talleres de restauración y la biblioteca, con luz natural. La colección permanente aumenta de 7.750 a 10.600 metros cuadrados; la sala de exposiciones, de 540 a 790, y la biblioteca de 626 a 1.768 de superficie útil. El museo tiene 1,5 millones de piezas y se exponen el 10%, cuenta con 150 personas y recibe 180.000 visitantes al año. 'No puede seguir siendo un almacén visitable, con vitrinas con 300 piezas. Con el aumento y la nueva presentación, menos piezas en un entorno espectacular, queremos romper el monopolio de los tres grandes museos', declara Elvira.
Babelia
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