La apertura de la economía española a los mercados exteriores

William Chislett, un competente hispanista británico afincado en nuestro país, ha venido mejorando la cantidad y calidad de su información económica sobre España y ha elaborado una serie de interesantes productos editoriales derivados de ella, que ahora culmina con un nuevo libro sobre la internacionalización de la economía española.

El libro consigue dar una idea clara y concisa de la economía española y de su relativamente nueva, importante y creciente dimensión internacional. La novedad de este libro es que el autor realiza un análisis necesario y muy valioso, que consiste en exponer las características de la economía española en un contexto comparativo internacional, con lo que se puede apreciar de inmediato donde España está bien posicionada y dónde no y cuáles son sus fortalezas y debilidades en un mundo crecientemente globalizado.

Para ello ha conseguido reunir un conjunto muy amplio de estadísticas internacionales comparativas de países que dan una perspectiva muy clara de en qué áreas de la economía española existe un amplio potencial de mejora y en cuáles se encuentra en una posición competitiva. No intenta, por tanto, vender una cierta imagen positiva de la economía española, sino situarla objetivamente en el contexto mundial en el que tiene que competir.

En los primeros capítulos se pueden observar, por un lado, las ventajas que se han ido adquiriendo en el terreno de la educación, sanidad, infraestructuras y, especialmente, en el desarrollo de un Estado del bienestar comparable con otros países de nuestro entorno y, por otro, las debilidades que todavía persisten en la rigidez del mercado laboral, en la falta de calidad en la educación, en el todavía insuficiente cumplimiento de las obligaciones tributarias y la correspondiente economía sumergida, en la reducida inversión en investigación y desarrollo y, finalmente, en los problemas de envejecimiento de la población y de las graves tasas de dependencia que va a generar en el futuro.

En los capítulos siguientes se adentra en la creciente apertura de la economía española a través de sus flujos de comercio exterior de bienes y servicios, del turismo y de la inversión extranjera, así como del empeño llevado a cabo para mejorar la imagen y las marcas españolas en el mundo. Es especialmente interesante su análisis del enorme esfuerzo de inversión directa que las empresas españolas han realizado en América Latina, en el que da cuenta detallada de sus flujos individuales y agregados en los últimos 10 años y del stock actual, así como de la magnitud del riesgo que han tomado a través de su comparación con su capitalización bursátil.

Sin duda el libro es muy oportuno, ya que el elemento más positivo de la economía española en los últimos años ha sido su apertura al exterior, que ha mostrado cierta asimetría, el comercio exterior se ha concentrado en la UE y la inversión directa extranjera en América Latina, llegando a paradojas tales como que se exporte a Portugal más que a toda América Latina. La capacidad demostrada por el autor para recoger, analizar y sintetizar la información económica más relevante y explicar sus implicaciones de manera concisa y directa es uno de los grandes atractivos del libro. Mi única objeción es que no se publique al mismo tiempo en español, ya que interesa tanto a los lectores nacionales como a los extranjeros. La saga Chislett continúa.