Nietos de marinos ejecutados reclaman un gesto a la Armada

Miles de personas se acercaron ayer, día de Todos los Santos, al cementerio de Nuestra Señora de los Remedios de Santa Lucía, en Cartagena (Murcia). También acudió un reducido grupo de descendientes de 50 marinos y funcionarios presos por la Armada que fueron fusilados por las tropas de Franco a los pocos días de terminar la Guerra Civil. Los familiares exigen a la Armada un reconocimiento de los hechos.

Los familiares colocaron sobre uno de los depósitos comunes del cementerio una corona de flores en la que se podía leer: 'Vosotros también habéis dado vuestra vida por España'. Salvadora Roca Pérez, nieta de uno de los fallecidos, explica que es una forma de protestar por el acto celebrado el día anterior por la Armada, que honró la memoria de sus muertos, en presencia del almirante Luis Roca Martínez, 'sin tener en consideración la existencia de la cincuentena de ajusticiados'.

Según la Comandancia Militar de Cartagena, en el acto oficial se rindió homenaje a los caídos independientemente del bando en el que se encontraran. Pero para Juana Roca, prima de la anterior, si la Armada no reconoce 'a esos pobres fusilados', entre los que se encontraba su abuelo Juan Roca, 'no rinde homenaje a todos los militares'.

En el camposanto cartagenero se reunió una decena de los descendientes de los fusilados, concretamente de cuatro de ellos, que se han puesto en contacto para tratar de exhumar y recuperar los cuerpos de sus abuelos. Juana aclara que sólo quiere que le devuelvan el cadáver y que la Armada reconozca que los fusilados también eran soldados del Ejército español, 'no sólo los del bando nacional'.

La parcela con los cuerpos de los militares fusilados era conocida como X. Desde la Armada, sin embargo, se asegura que nunca ha existido una fosa común con marinos. El paradero de los fusilados fue descubierto gracias a las investigaciones de la familia Roca.

Los hechos se remontan a 1939. Al caer Cartagena, los mandos del ejército sublevado comenzaron a enjuiciar y ejecutar a los militares que consideraban 'colaboracionistas' con la República. Fue el caso de Alfonso Roca Tayuela. Su hijo, el hoy capitán del Ejército del Aire en la reserva Andrés Roca Martínez, presente ayer en el cementerio de Cartagena, aún recuerda cómo una pareja de la Guardia Civil detuvo a su padre en Lorca y se lo llevó a Cartagena.

Las ejecuciones se produjeron en distintas fechas. Las víctimas eran luego enterradas en el cementerio, concretamente en la parcela X, que en 1945 fue desalojada. Los restos se colocaron en un depósito común con esta inscripción: 'Restos de los fallecidos como consecuencia de la última guerra, 1939-1945'.