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Rusia desvela el gas empleado, pero atribuye las muertes a las condiciones de los rehenes

Las fuerzas especiales utilizaron un derivado del fentanil, un opiáceo, según el Kremlin

Tras cuatro días de absoluto silencio, el Kremlin desveló ayer la identidad del gas utilizado durante el asalto al teatro de Dubrovka, o al menos de uno de sus componentes. Rusia 'no utilizó ninguna sustancia que contravenga la convención internacional de prohibición de armas químicas', declaró el ministro de Sanidad, Yuri Shevchenko. 'Se usaron derivados del fentanil. Por cierto, mis colegas de Suiza y Alemania llegaron a la misma conclusión, ya que son buenos profesionales', señaló. Pero algunos expertos sostienen que el cóctel de anestésicos utilizado contiene gases nerviosos.

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Shevchenko aseguró que los opiáceos usados 'no pueden, por sí solos, provocar la muerte'. El ministro considera que los terribles efectos que tuvo el gas se debieron a las condiciones en las que se encontraban los rehenes, que permanecieron durante largo tiempo sin moverse, en una sala con el aire viciado, deshidratados y hambrientos. 'Fueron estos factores los que determinaron el fallecimiento de parte de los rehenes'.

El ministro de Sanidad, un militar de carrera con el grado de coronel general, desmintió que los médicos no hubieran sido advertidos de la operación y que por eso no pudieron prestar un tratamiento cualificado a los enfermos. Sin embargo, los doctores que trabajaron en los hospitales a los que llevaron a la mayoría de los rehenes han repetido en diversas ocasiones que no tenían los medios necesarios y que nadie les dijo qué gas se había utilizado. Leonid Arónov, médico jefe del Hospital Número 13, declaró que no habían recibido ningún tipo de antídoto y que desconocían la sustancia utilizada por las fuerzas especiales, por lo que tuvieron que actuar basándose en los síntomas de los pacientes.

El reconocimiento por parte de Shevchenko del uso del fentanil no revela nada nuevo -como él mismo dice, otros médicos, tanto extranjeros como rusos, ya habían llegado a la conclusión de que se trataba de algún opiáceo- ni pone fin a la polémica en torno al gas asesino. Hay científicos que sostienen que el uso exclusivo de analgésicos como el fentanil no sólo no pudo haber provocado tantas muertes, sino ni siquiera haber dormido a nadie en una sala como la del teatro de Dubrovka. Por ello insisten que el compuesto utilizado tiene que haber sido un cóctel de anestésicos con algún gas nervioso (prohibidos por la convención internacional de armas químicas). El gas, cuya fórmula sigue siendo secreta, se cobró ayer dos nuevas vidas, elevando el número total de muertos a 119. En los hospitales todavía quedan 230 heridos, 15 de ellos en estado crítico. Los enfermos que ya habían sido dados de alta se han sentido mal y han regresado a los hospitales.

Ajmed Zakáyev, durante el Congreso Mundial del Pueblo Checheno, celebrado esta semana en Copenhague.
Ajmed Zakáyev, durante el Congreso Mundial del Pueblo Checheno, celebrado esta semana en Copenhague.REUTERS
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