Un narcótico potente y veloz en dosis 'de locura'
Dos médicos alemanes anunciaron ayer que han identificado el gas utilizado por las fuerzas especiales rusas que asaltaron el teatro de Moscú para liberar a más de 700 rehenes. Se trata de halotano, un narcótico ampliamente usado en hospitales, según Thomas Zilker y Ludwig von Mayer, que detectaron restos de esta sustancia en la sangre y la orina de los dos rehenes alemanes que sobrevivieron a la tragedia. La dosis utilizada fue 'una locura', según los dos expertos alemanes.
El halotano resulta totalmente inadecuado para dormir a un elevado número de personas en una sala tan grande como la ocupada por los terroristas chechenos en Moscú, según explicaron Zilker y Von Mayer en una conferencia de prensa en Múnich.
Para lograr su objetivo, además de una dosis extremadamente elevada, se tuvo que utilizar otro gas, denominado portador o excipiente, para difundir el halotano, que los dos expertos no han logrado identificar. De confirmarse esta tesis, la acción no habría violado ninguna convención internacional y sería un ejemplo más del desastre y la falta de preparación de las fuerzas especiales rusas.
Tras conocerse el nombre del narcótico, otro médico muniqués, el doctor Eberhard Kochs, anestesista jefe del hospital Klinikum rechts der Isar, hizo un cálculo somero de la cantidad necesaria para producir los devastadores efectos observados en los rehenes. Según Koch, los rusos usaron al menos un litro de halotano por metro cúbico de la sala principal del teatro.
Un narcótico potente
El halotano es un narcótico potente, de acción muy rápida. Produce relajación muscular y caída inmediata de la presión sanguínea; dificultades para respirar, posibles daños en el hígado y pulso muy irregular. Por todo ello, cada vez se utiliza menos en la práctica médica. 'Los síntomas y los órganos de los pacientes afectados también apuntan a que fue halotano', dijeron Zilke y Von Mayer.
Los médicos alemanes destacaron que las fuerzas especiales utilizaran armas químicas como gases nerviosos. De haber utilizado armas químicas, los pacientes habrían presentado síntomas de intoxicación como fuertes espasmos, circunstancia que no se ha dado, precisó Zilke.
La identidad de los dos alemanes que sufrieron el secuestro no ha trascendido. Se trata, en cualquier caso, de una estudiante de 18 años y un hombre de negocios de 43. Tras su liberación, fueron repatriados inmediatamente. El pasado lunes por la noche abandonaron el hospital muniqués en el que recibieron tratamiento.
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