Jatamí pide a España apoyo a la reforma en Irán como vía del diálogo islam-Occidente

El 'islamismo democrático' del presidente iraní, hoyatoleslam Mohamed Jatamí, será, 'si tiene éxito', según su mentor, la solución a las dificultades que encuentra el diálogo entre el islam y Occidente. Por ello, Jatamí concluyó ayer su visita de Estado pidiendo ante el Senado que España no escuche a 'aquellos que tienen su corazón lleno de odio a los musulmanes' y aproveche su influencia en América Latina para favorecer la aceptación internacional de sus esfuerzos por reformar Irán. También espera que las empresas españolas le faciliten la transición económica.

'España puede ayudar al mundo en la elección de un camino que lleva a la justicia, a la paz y a una libertad mayor para todos los seres humanos. Nosotros, en Irán, estamos experimentando una democracia basada en la religión', dijo el presidente iraní en el palacio de la plaza de la Marina, donde fue recibido por una representación de las dos Cámaras.

'La sociedad iraní tiene distinto criterio a la hora de interpretar la democracia', agregó. 'Lo que sí es seguro es que esta experiencia logrará, en caso de tener éxito, grandes repercusiones en todas las corriente políticas del mundo islámico y llegará a crear un lenguaje para el diálogo entre el islam y Occidente, algo que hoy por hoy todos necesitamos'.

Mientras su ministro de Asuntos Exteriores, Kamal Jarrazi, destacaba que Irán es el único país de su región que ha consolidado algo tan esencial para la democracia como es la sociedad civil, Jatamí insistía ante el Senado en la necesidad de encontrar una equidistancia entre la locura de los integristas y la intransigencia de Estados Unidos.

'No se puede y no se debe recurrir a la violencia en nombre de la religión, igual que no se puede desplegar fuerzas militares por todo el mundo en nombre de los derechos humanos y de la democracia', dijo el hoyatoleslam. 'Condenar a un bando y pasar por alto las crueldades e injusticias del otro', añadió, 'derivará en un círculo vicioso en el que se asesinará por venganza y se cometerá venganza por asesinato'.

Las peticiones de apoyo político del presidente iraní han sido bien acogidas por José María Aznar y su Gobierno, aunque la visita del presidente de Irán a Madrid no ha contribuido a aclarar si el actual régimen tiene todavía posibilidades de evolucionar. Jatamí ha tendido a minimizar, igual que sus subordinados, las diferencias con el líder espiritual del país, Alí Jamenei, además de pedir paciencia y de reiterar su voluntad de continuar las reformas sobre la base de que lo único esencial de la democracia es que 'el pueblo sea indiscutiblemente dueño de su destino'. Todos los demás debates, sostiene, pueden remitir a diferencias culturales.

El presidente del Senado, Juan José de Lucas, recordó a Jatamí que lo importante es 'profundizar en la tolerancia, la justicia, la libertad de pensamiento, la libertad de expresión y el respeto a los derechos humanos'. Las dificultades de un diálogo hispano-iraní o euro-iraní sobre esas bases son obvias, y ayer mismo la ministra de Exteriores, Ana Palacio, hubo de subrayar ante Jarrazi que 'lapidaciones y amputaciones [en aplicación de la ley islámica] son cuestiones de fondo que no cabe discutir como producto de diferencias culturales'.

El ministro iraní de Exteriores respondió que tales prácticas han sido excluidas del ámbito de la justicia en Irán y que hace tiempo que no existen. Por lo que se refiere a las ejecuciones, Jarrazi señaló que los juristas de su país discuten si deben ser o no públicas para disuadir el crimen, aunque, recordó, no sólo en Irán se aplica la pena de muerte.

Palacio confirmó, en cualquier caso, que la voluntad española de impulsar con Jatamí el 'diálogo entre civilizaciones' va más allá del diálogo institucional sobre derechos humanos que Irán iniciará con la UE en diciembre, y supondrá la creación inmediata de un 'grupo de trabajo que explorará, con espíritu muy abierto, consultando a todo tipo de expertos, ámbitos, formatos y calendario' del diálogo.

En cuanto al protocolo, gran polémica previa a la visita, los únicos roces se manifestaron ayer. Tanto los concejales que recibieron a Jatamí en el Ayuntamiento de Madrid como los diputados y senadores que le esperaban en el Senado optaron por saludarle con la cabeza para no discriminar a sus colegas de sexo femenino, que no hubieran podido estrecharle la mano. La portavoz municipal de IU, Inés Sabanés, no asistió a la ceremonia, que atrajo sólo a ocho de la veintena de mujeres que integran el Ayuntamiento.

[El Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, principal organización de la oposición en el exilio, criticó ayer la visita a España de Jatamí, a quien calificó de 'cara amable de la dictadura', informa desde Londres Walter Openheimer].