Los primeros documentales del No-Do, en La 2

Creado en diciembre de 1942 como soporte propagandístico del régimen de Franco, Noticiarios y Documentales (No-Do) fue el reflejo de la 'verdad oficial' hasta 1981. Sesenta años después de su nacimiento, Televisión España rescata algunos de aquellos reportajes y desmenuza su contenido de la mano de historiadores, catedráticos e incluso algunos de sus protagonistas. La serie 'La mirada de la historia', integrada en el programa divulgativo La aventura del saber (La 2, 10.00), comienza a desgranar hoy los argumentos de aquel omnipresente servicio documental, que actuaba como un auténtico monopolio, obligando a todas las salas cinematográficas a exhibirlo antes de la película de turno.

Los responsables de La aventura del saber sostienen que este material es un documento singular, 'tanto por lo que contiene como por lo que oculta, que es muchísimo'. Manuel Espín, director del programa, asegura que la evolución de la política durante casi cuarenta años se puede seguir a través de No-Do. Primero 'con una información claramente favorable a las potencias del Eje, con reportajes procedentes de Alemania o Italia, y noticias de la Francia de Vichy o los territorios ocupados por los nazis'; más tarde, el abanico se abre a noticias sobre las operaciones bélicas protagonizadas por el Ejército británico o norteamericano.

Las imágenes del primer No-Do serán comentadas por el catedrático de Historia Contemporánea y director del Instituto de Humanidades de la Universidad Rey Juan Carlos Luis Palacios Bañuelos. Ahí aparece Franco en El Pardo exponiendo las obsesiones del régimen: un rígido encuadramiento ideológico bajo la Falange, el papel de la mujer como madre, la División Azul, la política africanista. 'Franco era el mismo a lo largo de los años. Lo que cambiaba eran las imágenes que se iban ofreciendo según interesan más. Incluso se llegaron a prohibir algunas porque se le veía grueso o físicamente muy desmejorado', relata Palacio. El primer No-Do ofrece asimismo reportajes sobre los regalos a los combatientes de la División Azul, un festival gimnástico en Berlín contemplado por los nazis y un partido de fútbol en el viejo estadio Metropolitano en el que jugadores y público saludan brazo en alto.