El primer ministro francés pronostica 'un nuevo Tratado de Roma' en 2003

El jefe del Gobierno francés, Jean-Pierre Raffarin, cree posible alcanzar otro tratado fundador de Europa, 'un nuevo Tratado de Roma', a finales de 2003, antes de que se produzca la ampliación de la UE a 25 países, sobre la base de un pacto franco-alemán ya probado en la cumbre de Bruselas y que calificó de abierto. A lo largo de una extensa conversación con EL PAÍS y otros diarios europeos, Raffarin mostró su interés por la posibilidad de que el Reino Unido se incorpore a la zona euro, lo que calificó de paso verdaderamente histórico para todo el continente europeo.

Dos iniciativas en política exterior, una para refrenar el ímpetu ofensivo de Estados Unidos sobre Irak y la otra sobre el futuro de Europa, han hecho visible la voluntad francesa de pesar de nuevo en el escenario internacional y de impulsar el fortalecimiento de Europa como alternativa a la mundialización. París se ve de nuevo a los mandos del proyecto, gracias al fin de la cohabitación, en versión del actual primer ministro.

El calendario y el método esbozado por Raffarin son los siguientes: la Convención europea debería ser el escenario donde se debata y perfile la nueva arquitectura institucional de la UE, durante el primer semestre de 2003; en julio se debería obtener un texto pactado, reservando a la Conferencia Intergubernamental cuatro o cinco temas clave. Para la presidencia de la UE, Raffarin piensa más 'en un equipo' que en una persona: por supuesto, el presidente de Europa no puede cambiar cada seis meses, como ocurre ahora, pero podría estar acompañado de varias personas, buscando equilibrios entre países grandes y pequeños. La pieza clave de la futura presidencia sería un gran jefe de la diplomacia europea, desde luego responsable ante el Consejo y no ante la Comisión.

Eje franco-alemán

Raffarin reconoció que el primer ministro británico, Tony Blair, se había sorprendido por el pacto entre París y Berlín y que mantuvo una conversación tensa con el presidente francés, Jacques Chirac, durante la cumbre de Bruselas. Pero le restó importancia: lo que se espera de Reino Unido es que dé el paso de incorporarse a la zona del euro, lo que revolucionaría la situación de Europa con un paso verdaderamente histórico.

¿Y los demás países? Del jefe del Gobierno español, José María Aznar, dijo que no pudo sorprenderse de los resultados de la cumbre de Bruselas porque él le había informado, personalmente, de lo que iba a ocurrir. El jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, también había sido informado por Raffarin. El primer ministro francés se mostró comprensivo con Aznar, cuando reprocha a otros dirigentes europeos que no le sigan en el esfuerzo de conseguir rápidamente el equilibrio presupuestario.

Raffarin ha pedido al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, que tenga en cuenta la diferencia entre las cifras facilitadas por el anterior Ejecutivo socialista de Lionel Jospin en la cumbre celebrada en Barcelona y el déficit adicional de 15.000 millones de euros encontrado por el nuevo Gobierno de París.

Argumentó con la necesidad de introducir aspectos cualitativos a la hora de considerar el déficit: si es para investigación o para mejorar la defensa, eso no puede ser juzgado con el mismo rasero que otro tipo de gastos. Dicho esto, citó la necesidad de alcanzar el equilibrio presupuestario en 2007.