Lula anuncia un pacto nacional contra la pobreza, la inflación y la corrupción

El presidente electo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, va a promover un pacto nacional y constituir un Gabinete de coalición, según anunció ayer en su primera declaración oficial. 'Vamos a elegir los mejores de Brasil para formar parte de un Gobierno amplio que permita iniciar el rescate de las deudas sociales seculares', dijo. El discurso fue un mensaje de tranquilidad para quienes desconfían, dentro y fuera, de un Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) y para aquellos sectores de la sociedad que más esperan del próximo presidente.

Lula dijo estar dispuesto a honrar los compromisos adquiridos por el Gobierno saliente, controlar la inflación y actuar con responsabilidad fiscal con la misma firmeza con la que se dispone a aplacar el hambre, generar empleo, atacar el crimen y educar a la población. La primera medida será la creación de un Secretaría de Emergencia Social. 'La dura travesía que Brasil va a enfrentar exigirá austeridad en el uso del dinero público y un combate implacable contra la corrupción', aseguró.

Lula compareció arropado por su mujer, Marisa Letícia Lula da Silva; el vicepresidente electo, José Alencar, del Partido Liberal (PL), y su esposa, y el presidente nacional del PT, José Dirceu. Vestido impecablemente con traje oscuro y corbata roja y flanqueado por una gran bandera de Brasil, fue presentado como 'su excelencia el presidente electo'. Pese a la trascendencia del acto, el orador no evitó los toques de ironía: 'No se puede ser tan serio', susurró en una ocasión mientras bebía un trago de agua.

El nuevo presidente pretende 'unir a las fuerzas políticas y sociales para construir una nación que beneficie al conjunto del pueblo', y el primer paso será la creación de un Consejo de Desarrollo Social y Económico formado por personalidades de distinto signo que actuará como órgano consultor.

Con emoción, Lula interpretó su victoria como 'una victoria de la sociedad brasileña y las instituciones democráticas'; el ejemplo de que 'la esperanza venció al miedo', y 'el inicio de un ciclo histórico'. No hay soluciones milagrosas para 'una deuda social tan grande y agravada en el último período', dijo, y apeló a la solidaridad con los que no tienen que comer. 'Si al final del mandato cada brasileño puede comer tres veces por día, veré realizado el sueño de mi vida'.

El nuevo Gobierno movilizará 'los recursos públicos en los bancos oficiales para activar el sector de construcción y obras de saneamiento para crear empleo', y 'hará su parte para superar la crisis', dijo Lula. 'Pero es esencial que desde los organismos internacionales se restablezcan las líneas de crédito. Hay que avanzar las negociaciones en las que los países ricos retiren las barreras comerciales a nuestros productos'. El asesor económico del PT, Guido Mantega, declaró que el partido apoya conceder autonomía al Banco Central de Brasil.

No se anduvo Lula por las ramas a la hora de criticar la propuesta de un Acuerdo de Libre Comercio para las Américas, que propone EE UU. El presidente electo quiso dejar claro desde el primer día algunas de sus diferencias con Washington en la esfera de política internacional: 'Nuestro Gobierno respetará y tratará de fortalecer los organismos internacionales como la ONU, y acuerdos como el Protocolo de Kyoto y el Tribunal Penal Internacional'.

Para el próximo presidente brasileño, el Congreso Nacional tendrá 'una inmensa responsabilidad' para apoyar la aplicación de los cambios que propone. Y para lograr ese respaldo Lula se dispone a acudir al Parlamento cuantas veces sea necesario. Sabe el nuevo mandatario que el mundo sigue con atención lo que describió como 'demostración espectacular de democracia', que 'lo que está por hacer no se puede resolver de la noche a la mañana', que ahora comienza lo más difícil. Por ello convocó a todos los sectores de la sociedad, desde sindicalistas a empresarios, a ONG, intelectuales y fuerzas políticas a emprender 'una acción común por nuestro país'. Lula promete ser 'el presidente de todos los brasileños'.

Fiel a sus orígenes, Lula dedicó un recuerdo a los compañeros de lucha que no están: 'Somos portadores de su legado y de su pasión por la justicia'. Sus últimas palabras fueron un mensaje de optimismo: 'Mi corazón late con fuerza. Siento que un nuevo Brasil está naciendo'.