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Un ecuatoriano denuncia que fue apaleado por dos agentes municipales

F. Javier Barroso

Un inmigrante ecuatoriano, Stalin René Dávila Ríos, ha denunciado en la comisaría de Centro que dos policías municipales le metieron en el coche patrulla, le trasladaron a la Casa de Campo y le apalearon en la madrugada del pasado domingo, cuando se encontraba con otros compatriotas en la plaza de Santa Ana. Los mandos de la Policía Municipal niegan estas acusaciones y mantienen que el denunciante presentaba las lesiones antes de que fuera identificado por los agentes. El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, pide que se depuren responsabilidades por 'este nuevo caso de violencia policial'.

Dávila mantiene en su denuncia que estaba hablando por el teléfono móvil, cuando se acercaron dos policías municipales y le exigieron que colgara. La supuesta víctima les dijo que se esperasen a que él terminara la conversación, lo que motivó el enfado de los agentes. Según el denunciante, le golpearon y le tiraron el teléfono. Tras pasar su filiación por la emisora, le subieron al coche patrulla, diciéndole que se iba a enterar. 'Les dije que tenía mis derechos y que tenía toda la documentación en regla, tras lo cual recibí otro golpe. Los policías le dijeron que se callara y que entrara en el coche', señala el afectado.

La víctima, según cuenta, fue llevada por las calles de San Vicente Ferrer y del Tesoro hasta la Casa de Campo. Nada más entrar en esta zona, le sacaron a golpes del coche y le dijeron: 'Tú, inmigrante, tienes que respetar a la Policía Municipal'. Después, siempre según su versión, le propinaron porrazos en la cara, los brazos y el cuello. Después se subieron al patrulla y le tiraron las llaves de su moto. Dávila denunció los hechos en la comisaría de Centro tras ser atendido por el médico de guardia de la casa de socorro de la calle de la Ternera. Allí le apreciaron golpes en la mano, en el brazo y en la cara. Un día después le tuvieron que escayolar el brazo, después de que se le hinchara.

Ebrios

Los mandos de la Policía Municipal mantienen una versión distinta y defienden 'la profesionalidad' de los dos agentes. Aseguran que éstos estaban inspeccionando los bares de la calle de San Vicente Ferrer, cuando el portero de un pub les dijo que había tenido problemas con unos inmigrantes que querían entrar. El portero lo había impedido porque estaban ebrios. Cuando los policías se acercaron, los ocho integrantes del grupo se negaron a darles su documentación. 'Increparon a los agentes diciéndoles que tenían sus derechos, que no tenían por qué darles la documentación y que les dejaran en paz. Uno de ellos se puso más agresivo, por lo que los policías le denunciaron por entorpecer la labor policial', señalaron los mandos. Uno de los ecuatorianos, supuestamente Dávila, les increpó: 'Se creen muy listos. Voy a denunciarles por torturas'. Los agentes se marcharon y refirieron los hechos en la comisaría de Centro.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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