Un modelo para la arqueología
El parque de Segóbriga reúne a la Junta de Castilla-La Mancha, la Universidad de Alicante y la Academia de la Historia
El patrocinio científico de la Real Academia de la Historia, los trabajos de investigación de la Universidad de Alicante y la gestión de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (www.jccm.es) se han unido en el parque arqueológico de Segóbriga. 'Es un modelo inédito en Europa', afirma Martín Almagro-Gorbea, académico anticuario que a los 15 años ya acompañaba a su padre, Martín Almagro Basch, a las excavaciones de Segóbriga. Ha sido director de los trabajos hasta 1995, que desde entonces continúa Juan Manuel Abascal, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alicante. Los dos han publicado Segóbriga y su conjunto arqueológico (Real Academia Española, 1999).
El pasado 10 de julio, José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, inauguró el parque arqueológico de Segóbriga (Cuenca), a 100 kilómetros de Madrid, en el término de Saelices. Los políticos y los especialistas se pusieron de acuerdo para que arqueología y naturaleza pudieran convivir. La iniciativa se plasmó en 2001 con la ley de parques arqueológicos, que cuenta con un consejo de administración y un consorcio de gestión.
Todo el paisaje que se ve desde el cerro de la ciudad romana está protegido por ley
Segóbriga, ciudad celtibérica y romana, es el primero de una ruta de parques arqueológicos en Castilla-La Mancha. Ya están en marcha los próximos proyectos, en la villa romana de Carranque (Toledo) y en las ciudades visigóticas y romanas de Recópolis (Guadalajara) y Alarcos (Ciudad Real), con el plan director y los centros de interpretación. También está previsto abrir en esta legislatura el de Tolmo de Minateda (Albacete).
'La ley de parques arqueológicos quiere poner en valor los hallazgos arqueológicos y monumentales y al mismo tiempo cumplir una doble función, en la creación de empleo sostenido y fijo y proteger el paisaje', declara el director general de Bienes y Actividades Culturales, Antonio Moraleda. La ley busca el desarrollo de comarcas deprimidas, y en el caso de Recópolis, cerca de Zorita de los Canes, una alternativa al futuro cierre de la central nuclear, 'un riesgo para la población', según Moraleda. 'Es una iniciativa pionera que hace que las inversiones se centren en el patrimonio cultural y el empleo'.
La ciudad romana de Segóbriga, sobre un cerro que domina el río Gigüela, tiene una extensión de 10 hectáreas y el parque protegido por la nueva ley alcanza 100 hectáreas. La extensión afecta a 300 propietarios, que no han puesto ningún recurso. El parque, sin construcciones, abarca todo el paisaje que se ve desde la ciudad, incluido un bosque de encinas. Además de las campañas de excavaciones, que duran todo el año, se trabaja en jardines y arbolado, con riegos, y zonas de ocio para los usuarios. El año pasado tuvo 150.000 visitantes.
El último hallazgo de las excavaciones en el foro monumental, un sillar con inscripciones, demuestra que la antigua Segóbriga, la Caput Celtiberiae de Plinio en su Historia natural, corresponde a la ciudad de Segóbriga que se excava y estudia desde el siglo XVIII. El director de las excavaciones, Juan Manuel Abascal, en un encuentro con los medios, junto con Martín Almagro-Gorbea, y Rosario Cebrián, directora del parque, destaca que se puede encontrar una pieza por la mañana e investigarse por la tarde, dentro de un sistema racional de excavaciones para restituir los volúmenes o proteger las piezas, como unos mosaicos en la zona de las termas que no soportan los 13 grados bajo cero en invierno y los 40 en verano. En el proceso intervienen diversas disciplinas de la Universidad de Alicante. 'Segóbriga es, sobre todo, una fuente de experiencias, donde el mérito está en los constructores de la ciudad, un modelo urbanístico impresionante para un centro pujante por la exportación del yeso transparente por el Mediterráneo'.
El visitante encuentra en el centro de interpretación, proyectado por el arquitecto Pedro Ponce con la imagen de las casas romanas, la economía de la ciudad minera, con la aplicación del lapis specularis para acristalar ventanas y decoración. Convertido en museo, con piezas originales, como una estatua de Augusto, los principales monumentos y la vida cotidiana se explican con los objetos encontrados y una reproducción virtual de la ciudad, planificado bajo Augusto y terminado con Vespasiano.
Tras pasar por el anfiteatro y el teatro, bien conservados, en el interior se encuentran la basílica, el templo del culto imperial, las termas y el foro monumental, de 1.500 metros cuadrados, donde las recientes excavaciones ponen al descubierto el pavimento de piedra original y partes de las estatuas, columnas y capiteles. Este material pasa al archivo y laboratorio del primitivo museo.
Esta plaza, como el anfiteatro, podrá tener uso público, como ocurre con el teatro (con un festival de teatro greco-latino que lleva 18 ediciones). 'Este modelo de gestión afecta a la Administración, con la defensa del patrimonio, y al trabajo científico para el disfrute de la sociedad', declara Almagro-Gorbea. 'Es una empresa viva, para disfutar del paisaje'.
Babelia
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