Una dosis de vida para Lucas
EVA BOCANEGRA | Madrid
Lucas tiene ocho meses. Dos enormes bombonas de 70 kilos le proporcionan el aire que necesita para vivir, y un pequeño tubo de plástico le suministra comida. Cuando Lucas abre sus ojos negros sólo ve el techo blanco de una habitación del hospital Gregrorio Marañón (Madrid) porque duerme boca arriba. Una rara enfermedad genética llamada glucogenosis, que ahora sólo le deja mover los brazos, y la respiración asistida le mantienen en esa postura día y noche.