Palacio de Pumarejo
Estas líneas están dedicadas a las familias que viven en el Palacio de Pumarejo, 'La Casa Grande' para el barrio de San Gil, donde está ubicado. Edificio singular de fines del siglo XVIII, con un alto valor arquitectónico, histórico y, no menos importante, también etnológico. Las personas que lo habitan, en su mayoría de avanzada edad, no sólo han tenido que sufrir la dejadez por parte de una propiedad que, durante años, ha desatendido el obligado mantenimiento del edificio, sólo pendiente del cobro del alquiler. También vienen padeciendo la falta de responsabilidad y la apreciable negligencia por parte de las administraciones. Un ejemplo: la resolución de la Gerencia de Urbanismo del 29 de enero de 2002, ordenando obras urgentes de seguridad en el edificio. Obras urgentes que deberían haber comenzado a los 15 días y haber finalizado a los 50, pero que, ocho meses después, aún no se han comenzado.
Supuestos problemas informáticos; falta de una firma; incapacidad para hacerle llegar notificación a uno de sus propietarios... Lo cierto es que estos vecinos llevan dos años entre puntales y calos abiertos y soportando las inclemencias meteorológicas; y ya están en puertas de un invierno más. Y todo este tiempo, además, pendientes de un informe de conservación de la Gerencia de Urbanismo que no se sabe cuándo se acabará, y ni si se ha iniciado siquiera.
Pero gracias a la tenacidad de estas personas, nacidas algunas en esta casa, en 'La Casa' aún se respira vida, manteniendo, dentro de sus limitaciones pero con mucha dignidad y entereza, no sólo sus viviendas sino también los espacios comunes: corredores siempre limpios y blanqueados, ventanas y patios adornados con alegres macetas... Una clara muestra de Patrimonio Vivo de nuestra cultura andaluza.
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