Blair suspenderá hoy la autonomía del Ulster para superar la crisis
Bertie Ahern, primer ministro de Irlanda, pide que la interrupción sea lo más corta posible
El Gobierno británico suspenderá hoy la autonomía de Irlanda del Norte para atemperar la crisis política que vive el proceso de paz. La decisión de Tony Blair, que entrará en vigor cuando sea rubricada y anunciada hoy por el ministro británico para Irlanda del Norte, John Reid, supone el mayor traspié dado hasta ahora por los Acuerdos de Viernes Santo. Pero, paradójicamente, la parálisis institucional puede acabar dando a todo el proceso el espaldarazo que necesita para que la paz estalle para siempre.
No es oficial, pero nadie duda ni en Gran Bretaña ni en la vecina isla de Irlanda de que la autonomía institucional de que gozan los seis condados del Ulster que aún están bajo la égida del Reino Unido quedará hoy en suspenso.
La suspensión, decidida por Blair tras consultar a su homólogo irlandés, Bertie Ahern, y a los líderes de los grandes partidos de la provincia que apoyan el proceso de paz, tiene la vocación de ser lo más corta posible y de servir de bálsamo a la cada vez más deteriorada relación entre el principal partido protestante, el Partido Unionista del Ulster (UUP) que aún lidera el ministro principal de la provincia, David Trimble, y el Sinn Fein de Gerry Adams, brazo político del grupo terrorista Ejército Republicano Irlandés (IRA).
La suspensión es la solución intermedia entre la exigencia de David Trimble, cada vez más presionado por los halcones de su partido, de que el Sinn Fein sea expulsado del Gobierno autónomo y la posición de Gerry Adams de que no hay motivos para excluir a los republicanos del Ejecutivo.
Formalmente es consecuencia del último golpe de teatro vivido por el proceso de paz: el registro de los locales del Sinn Fein en el Parlamento de Stormont para requisar los papeles supuestamente sustraídos o copiados de la oficina del ministerio de Irlanda del Norte por un topo republicano.
En realidad, la suspensión es consecuencia de muchos meses de deterioro creciente de las relaciones entre los unionistas y los republicanos debido a la pérdida de confianza de los primeros en el proceso de paz y el ambiguo comportamiento de los segundos, cuyo apoyo formal a las instituciones democráticas contrasta con actividades -casi nunca probadas, pero siempre sospechosas- más cercanas al terrorismo que a la política de la paz.
La suspensión temporal puede provocar un peligroso vacío que favorezca a los radicales de ambos bandos que se oponen a los Acuerdos de Viernes Santo, pero puede también ser el revulsivo que solucione los problemas pendientes, como ayer vino a pedir el primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern. En declaraciones a la BBC, Ahern hizo votos para que la suspensión fuera lo más corta posible y se aprovechara para abordar todos los problemas de fondo que afronta el Proceso de Paz.
Entre esos problemas clave está la aceptación de la policía de Irlanda del Norte, que el Sinn Fein sigue sin considerar como propia.
Ahern declaró que no sería conveniente mantener la asamblea suspendida hasta las elecciones autonómicas, previstas para mayo próximo, 'porque eso crearía un vacío y tensiones'.
'Camino difícil'
Martin McGuinness, número dos del Sinn Fein y uno de los dos ministros de la formación republicana en el Gobierno del Ulster, declaró en el mismo programa de la BBC: 'El camino de paz es difícil, pero, comparado a hace 10 años, hoy estamos en un lugar muy diferente y mucho mejor'. 'El IRA ha hecho una poderosa contribución a la búsqueda de la paz', añadió.
'McGuinness vive en un mundo de fantasía', le contestó David Trimble, líder del unionismo moderado, que le invitó a dimitir como ministro de su Gobierno y evitar así la suspensión de las instituciones autonómicas. 'En el Watergate, el responsable del partido, Richard Nixon, dimitió. Si Martin McGuinness fuera un hombre íntegro dimitiría y no tendría que haber suspensión', dijo.
El líder de los católicos moderados del SDLP, Mark Durkan, hizo un llamamiento para que la suspensión de la autonomía fuera muy corto y evitar así que el Acuerdo de Paz acabe por enfriarse y se abra paso así el triunfo de las recriminaciones mutuas.
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