_
_
_
_
Reportaje:

La cruda historia en directo

Un superviviente del campo nazi Mauthausen relata su estancia en el infierno a estudiantes de bachillerato

Xosé Hermida

Ramón Bargueño, de 84 años, viejo combatiente rojo, relata con más humor de lo esperado cómo salió vivo de Mauthausen, una de las factorías punteras en la industria nazi del extermino. Pero hacia el final de su discurso, Bargueño se pone más grave. 'Los jóvenes debéis saber estas cosas y sobre todo no olvidarlas', advierte a un grupo de estudiantes de bachillerato de los institutos Antón Fraguas y Fontiñas, en Santiago de Compostela. 'Cuando veáis una cruz gamada, tenéis que conocer lo que hay detrás de ella'.

No es una advertencia fútil, como saben los profesores que llevaron al superviviente a hablar ante sus alumnos y que, no por simple rutina, habían titulado la charla con una apelación a la Etica de la memoria. El profesor de Filosofía Rafael Varela lo explica: 'Los alumnos ven a Franco como nosotros veíamos a cualquier personaje siniestro del siglo XIX que nos sonaba muy lejano. Hitler tiene más presencia mediática, pero muchos tampoco calibran bien lo que hay detrás de su figura'.

Desde hace años, Varela dedica una parte de sus clases de ética a explicar a sus alumnos la demencia sanguinaria del totalitarismo, el veneno del siglo XX, singularizado en el caso nazi. En esta ocasión se unieron profesores de dos institutos para llevar ante los chicos a un testigo directo del 'mal radical', como lo definió en su presentación Elena Gómez, otra de las docentes. Antes de que hablase Bargueño, el medio centenar de alumnos de primero y segundo de bachillerato asistió a la proyección de un documental grabado por las fuerzas aliadas que liberaron el campo de Bergen-Belsen. Algunos chicos aún ahogaban las carcajadas cuando se apagaron las luces. Media hora después, volvieron a encenderse entre un silencio inmaculado.

Y entonces compareció el testigo, 'una figura singular del siglo XX', como explicó el catedrático Alberto Sucasas, la prueba que da fe de un mal casi inverosímil. Bargueño, nacido en Toledo, relató el fusilamiento de su padre en la Guerra Civil, su huida de España, su adhesión a la Resistencia francesa y su caída en el vertedero humano de Mauthausen. Con naturalidad, sin cargar las tintas, el testigo va dejando caer los sucesos más escabrosos. Dice que él era un afortunado: 'Con los judíos se ensañaban, pero a los españoles nos respetaban bastante'. Poco a poco, entre episodios a veces humorísticos, afloran el olor a carne quemada, las violaciones de mujeres antes de su ejecución, la retorcida crueldad con que se negaban los alimentos o los espectros de piel y huesos, más muertos que vivos, obligados a pasear desnudos en medio de la noche nevada. Y la voluntad de supervivencia: 'Había que resistir al suicidio, no caer en la tentación, como les ocurría a los que se lanzaban contra las vallas electrificadas'.

Los timbres ya anunciaban el final de la jornada escolar, pero los chicos aún se quedaron casi media hora más interpelando a Bargueño: ¿era posible evadirse?, ¿había niños en el campo?, ¿se podían mantener relaciones sexuales?, ¿qué le parece la posible guerra contra Irak y la política de Israel con los palestinos...? 'Siempre ocurre lo mismo', confirma el profesor Varela, 'los chicos se interesan tanto que podríamos pasarnos un mes con el tema. Eso gratifica mucho, tal como está la educación'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_