'Balarrasa' en Montjuïc
Unas 300 personas se agruparon ayer en la barcelonesa plaza de Sant Jordi de Montjuïc en torno a la bandera y los valores de la España franquista. Con motivo del 12 de octubre, algunas esvásticas, banderas falangistas y muchas enseñas españolas servían de decorado doctrinal de ese acto en el que se podía adquirir desde vino de Jumilla -con la inscripción a mano Francisco Franco o Caballero Legionario, a elegir, a seis euros- hasta una interesante filmografía que retrotraía al comprador al blanco y negro y al olor a autarquía. Así, en dos puestos de Falange Española Independiente se hallaban a la venta vídeos de Los últimos de Filipinas, Sin novedad en el Alcázar, Raza, Agustina de Aragón, Jeromín, Isidro el labrador, Marcelino Pan y Vino, ¡A mí la Legión! y Balarrasa, la edificante historia de un sacerdote así apodado que antes de morir sobre la nieve de Alaska recuerda su experiencia trascendente acontecida durante la Guerra Civil española.
Películas de los años cuarenta y cincuenta con argumento de una España nacional-católica en la que la religión y la formación del espíritu nacional eran tan indispensables como obligatorias. A esa España aludieron los oradores que tomaron la palabra ayer ante un público absolutamente entregado.
Ricardo Da Silva, que fue presentado al auditorio como 'un joven patriota', arremetió contra 'esa cultura de lo chic' que consiste en ser 'maricón o progresista'. Da Silva alertó sobre la inmigración y esos gobernantes que 'dan más derechos a los inmigrantes que a los españoles, que cada vez somos menos'. Clamó contra el mestizaje que aterriza sobre una tierra impoluta 'heredera de los visigodos, los celtas y los iberos'. '¡España es blanca!' clamó, antes de llamar 'guarros' a los integrantes de los movimientos antisistema. Llegado este punto y entre gritos -algunos nostálgicos de Hitler- dijo que uno de los líderes recientemente detenidos del movimiento radical independentista catalán 'es argentino y judío'.
José Luis Corral, presidente del Movimiento Católico Español, supo mantener vivas las ascuas y se remontó a la historia para asegurar que España y Cataluña fueron territorios predilectos de santos: 'San Cucufate, ahora llamado sant Cugat y San Pablo'. 'Y desde Cataluña, cuando se llamaba Marca Hispánica, se rechazó la invasión sarracena', afirmó.
Todo eso sucedió entre las doce de la mañana y la una de la tarde de ayer. Después de cantar la letra escrita para el himno español por José María Pemán, todos, ordenadamente, se disolvieron.
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