_
_
_
_

Los socialistas de Marruecos critican la elección de Jettu como primer ministro

Ambos partidos lamentan que el primer ministro designado por el rey no salga del Parlamento

Socialistas e islamistas marroquíes osaron ayer manifestar su disgusto por el nombramiento por el rey Mohamed VI de un primer ministro, Driss Jettu, sin afiliación política y ajeno al recién elegido Parlamento. Lo hicieron en términos velados, sin criticar al monarca, cuya decisión fue, en cambio, alabada por el diario L'Économiste, considerado afín a los empresarios. El soberano inaugurará hoy la nueva legislatura tras las elecciones legislativas celebradas hace dos semanas, en las que los socialistas mantuvieron la mayoría relativa mientras los islamistas triplicaron su número de diputados.

Más información
El ex ministro de Interior alentó las inversiones españolas
Mohamed VI traslada a Juan Carlos I su deseo de "ampliar las relaciones" con España

El buró político del partido socialista publicó ayer un comunicado en el que 'considera que el progreso democrático que logró el país exige la toma en consideración de los resultados del escrutinio popular y de la metodología democrática' para el nombramiento del jefe de Gobierno.

'Nos esperábamos que la designación del primer ministro refleje los resultados conseguidos por los partidos en la elección legislativa', explicó a la agencia France Presse Driss Lachgar, portavoz parlamentario socialista.

A través de su diario, Al Bayane, los ex comunistas marroquíes dejan también entrever su perplejidad. La evolución del reino 'daba a entender que los partidos políticos iban a jugar su papel en la gestión de los asuntos públicos', comenta el periódico.

En el otro extremo del abanico político, los islamistas, supuestamente moderados, del Partido de la Justicia y Desarrollo (PJD) también han interpretado el nombramiento como 'un retroceso' con relación a anteriores costumbres. Su dirigente, Mustafá Ramid, señaló que el primer ministro debía haber sido elegido entre los que 'lograron los mejores resultados' en los comicios, pero otro responsable, Saeddin El Othmani, matizó esta apreciación.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

En 1998, Hassan II designó primer ministro al socialista Abderramán Yussufi, cuyo partido había ganado las elecciones. Su hijo ha nombrado, en cambio, a su ministro del Interior, artífice de las legislativas de septiembre, en las que los socialistas obtuvieron una corta mayoría con 50 escaños.

La elección de Jettu, que ocupó carteras económicas en los años noventa, se debe, según explicó el portavoz real, a la necesidad de acometer rápidamente las reformas necesarias para enderezar la mala racha que padece el país.

En su comunicado, los socialistas replican implícitamente a este argumento recordando que el anterior Ejecutivo, encabezado por Yussufi, llevó a cabo 'importantes realizaciones económicas y políticas gracias al amplio apoyo del pueblo marroquí', que otorgó la mayoría parlamentaria al Gobierno de alternancia.

Otra de las razones esgrimidas por el palacio real, en sus contactos con los partidos, para optar por Jettu fue la fragmentación del Parlamento, del que difícilmente podría emerger una mayoría sólida capaz de emprender las reformas. La ley electoral y los estímulos dados desde la Administración a algunos políticos han contribuido a la creación y el acceso a la Cámara baja de 22 formaciones, muchas de ellas artificiales.

El disgusto expresado por socialistas e islamistas no significa que, al final, no acepten entrar a formar parte de la gran coalición que Jettu pretende formar. Los primeros explican en su comunicado que 'proseguirán la concertación', mientras los segundos se inclinan en At Tajdid, su órgano, por permanecer en la oposición mientras perduren las 'circunstancias perjudiciales'.

Si Jettu no consigue convencer a los partidos de que arrimen el hombro a su proyecto, no tendrá más remedio que formar un Gobierno de tecnócratas, algo que alabarían los empresarios.

Driss Jettu, durante una visita a Smara, en el Sáhara occidental, en noviembre de 2001.
Driss Jettu, durante una visita a Smara, en el Sáhara occidental, en noviembre de 2001.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_