Cáceres acorta la 'marcha' nocturna
Las autoridades preparan un dispositivo policial para que el adelanto del cierre de los bares no derive en protestas vandálicas
La Policía local de Cáceres distribuyó ayer a ocho agentes por la Plaza Mayor entorno a las 19.30, cuando se hallaban en esa zona unos mil jóvenes, para dar muesras de que no iba a permitir incidentes como los ocurridos el fin de semana anterior por el recorte del horario nocturno de los bares. Por la mañana, el subdelegado del Gobierno y el concejal de Seguridad mantuvieron una reunión con responsables de la Policía local, el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Una unidad antidisturbios llegó a la ciudad por si fuera necesaria su intervención.
Los jóvenes consumidores de alcohol no están de acuerdo con el adelanto del cierre de los bares -la Policía local los denuncia a la Junta de Extremadura cuando permanecen abiertos pasadas las 2.30- y el pasado viernes algunos de ellos lo demostraron de manera poco cívica. Esa madrugada, la protesta de un centenar de jóvenes derivó en quema de contenedores, actos vandálicos contra el mobiliario urbano y la agresión a un agente. Seis personas fueron detenidas. 'El problema es que la gente aquí sale muy tarde', explica un estudiante cacereño que prefiere no dar su nombre. 'Hasta las doce de la noche no empieza el botellón', que es el primer episodio de la juerga, 'y no se termina hasta las dos o las tres de la mañana', continua.
Terminado este ritual -entre las 2.00 y las 3.00-, que tiene su sede fija en la Plaza Mayor y sus cercanías, donde se reúnen cada noche de fin de semana alrededor de 4.000, una marea humana abandona el centro medieval para dirigirse a una zona de bares de copas conocida como La Madrila.
Los dueños de esos bares, cansados de multas, han comenzado a cumplir con sus horarios de cierre, y los noctámbulos se encuentran a las 2.30 con el corte de rollo. El comienzo del curso ha incrementado la tensión. Los 12.000 estudiantes de Cáceres se han encontrado con que ya no pueden salir de marcha hasta las 7.00 o las 8.00, y no les ha gustado.
Este fin de semana es posible que se repitan los incidentes, sobre todo porque la policía ha detectado que la práctica totalidad de los locales de la movida sólo tienen licencia de bar cafetería, con la que se les permite abrir sólo hasta la 1.30, y no hasta las 2.30 como se hizo el pasado fin de semana al creer que contaban con autorizaciones de bar de copas (sólo dos de cien).
'Los más perjudicados somos los empresarios', se quejaba ayer Juan Vivas, dueño de un bar de copas de la zona de La Madrila y antiguo directivo de la asociación de dueños de locales Plamapi. 'La gente tiene miedo a salir: se nos ha intimidado y nos hemos acobardado tanto nosotros como ellos'. El presidente de la asociación de vecinos de La Madrila, Miguel Salazar, 'sufridor' de los ruidos de la movida, respondió tajante: 'Estamos desolados por todo este espectáculo. Lamentamos que en una ciudad como ésta, donde la gente tendría que estar preocupada por cosas tan importantes como el AVE o la construcción de un nuevo hospital, se escuche a ocho o diez que se han forrado vendiendo garrafón a las criaturas'.
La subdelegación del Gobierno, el Ayuntamiento y Junta de Extremadura se pasan la pelota sin entrar a fondo en la solución del problema. 'El horario de cierre nos preocupa porque a partir de la 1.30 muchas personas podrían quedarse en la calle', dijo ayer el subdelegado del Gobierno, Carlos Rovira, que entendió que 'el horario de cierre coincide con la hora de salir'. Rovira aseguró que 'se levantará acta a los bares que estén abiertos después de la 1.30', afirmó. El Gobierno extremeño recordó que el horario de cierre de bares rige en toda Extremadura, 'por lo que, si genera tantos problemas en Cáceres es evidente que se trata de un problema local'.
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