El coletazo del temporal obliga a cancelar otros 104 vuelos en el aeropuerto de El Prat
El Ayuntamiento de Castelldefels y la Generalitat se culpan mutuamente de la falta de un colector
Barcelona y su entorno vivieron ayer una nueva jornada de caos a causa de la lluvia, aunque sin alcanzar la gravedad del miércoles. La intensa lluvia registrada en las primeras horas de la mañana, singularmente en la comarca del Baix Llobregat, causó nuevas dificultades en la red viaria y puso otra vez en evidencia las graves carencias del aeropuerto de El Prat, donde se cancelaron 104 de las 600 operaciones previstas. El progresivo alejamiento del temporal reavivó la polémica entre el Ayuntamiento y la Generalitat por la demora en la construcción del colector de Montemar, en Castelldefels.
El caos aeroportuario comenzó a ver su fin a primera hora de la tarde con la puesta en servicio del centro de control anegado el día anterior. Además de las 104 cancelaciones, el tráfico aéreo sufrió importantes demoras, algunas de hasta siete horas y en algunos casos incluso más. A última hora de la tarde de ayer, no era extraño encontrar en el aeropuerto personas que esperaban tomar un vuelo previsto para el día anterior. Tal es el caso de un vuelo de Iberia con destino a Málaga que tenía prevista su salida a las 19.30 del miércoles y a las 20.00 horas de ayer nadie sabía cuándo iba a despegar. AENA, el organismo que gestiona los aeropuertos españoles, rechazó cualquier responsabilidad y atribuyó la culpa de la situación al temporal.
También la comarca del Baix Llobregat, donde las lluvias fueron intensas a primera hora de la mañana, vivió momentos de caos. Aunque el progresivo alejamiento de la tormenta dio paso a las tareas de reparación de los daños y a una primera evaluación.
El Ayuntamiento de Castelldefels (Barcelona), el más afectado, anunció que en los próximos días estudiará la posibilidad de solicitar la declaración de zona catastrófica. Y el alcalde, el socialista Antoni Padilla, reiteró sus acusaciones a la Generalitat por su demora en la construcción del colector de Montemar; reproches que, como el día anterior, fueron rechazadas por el consejero de Política Territorial, que culpó al consistorio.
Como la cosa irá para largo, los vecinos exigieron la construcción de un colector provisional. 'Es algo que reclamamos desde hace muchos años y visto lo que ha pasado con los dos últimos temporales [en alusión al que también anegó sus casas el pasado 12 de septiembre], queremos que lo hagan de una vez'. La inundación fue tan grave, en la zona de Montemar, que todavía ayer, 24 horas después de iniciarse el temporal, tres familias se encontraban aisladas en sus casas sin posibilidad de ser socorridas. Otra treintena de vecinos de la zona continuaban ayer alojadas en el polideportivo municipal. Otros encontraron acomodo en domicilios de familiares o amigos.
En su retirada hacia el norte, la tormenta dejó huella en los municipios de Gavà y de Viladecans, donde el desbordamiento de las rieras anegó muchos campos de cultivo e impidió la circulación durante largas horas en la autovía de Castelldefels. Los agricultores consideran perdida 'la práctica totalidad de la cosecha de invierno'.
Como ocurrió también en septiembre, Gavá recibió un alud de basuras del vertedero del Garraf que llegaban arrastradas por las fuertes corrientes de las rieras, henchidas más allá del límite de su capacidad. Una de ellas llegó a desbordarse y a llenar de barro y basuras amplias zonas del barrio de La Sentiu.
El temporal causó también cortes en el suministro eléctrico que afectaron a unos 4.500 usuarios. La situación se normalizó a las pocas horas.
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