'Correr riesgos es muy saludable, aunque uno salga herido'
Samy Goldstein es bajito y con gafas, despistado, tan hábil para los fracasos como para las relaciones tumultuosas con las mujeres. Si hablara inglés, tocara el clarinete y fuera un forofo del jazz... No, no es Woody Allen. Se llama Ricardo Darín en la vida real, es porteño, tiene 44 años, actor, y da vida a Samy, el protagonista de la película que se estrena hoy en España, Un tipo corriente, cuyo título original en Argentina es Samy y yo, dirigida por Eduardo Milewicz. Darín todavía no ha rodado fuera de su país, pero dos de sus últimas películas -Nueve reinas y El hijo de la novia- le han dado ya una proyección internacional envidiable.
Pregunta. No me negará que mientras rodaba Samy y yo se acordó en más de una ocasión de Woody Allen.
UN TIPO CORRIENTE
Dirección y guión: Eduardo Milewicz. Intérpretes: Ricardo Darín, Angie Cepeda, Alejandra Flechner, Henry Trayles, Cristina Banegas, Alejandra Darín, Carolina Peleritti. Género: comedia. Argentina, 2002. Duración: 90 minutos.
Respuesta. Yo soy un enfermo admirador de Woody Allen, un caso patológico casi. No se me cruzaría nunca por la cabeza una imitación o algo por el estilo. Lo que pasa es que Samy es un tipo fóbico, con problemas con la mujer y con una debilidad patética que remite inexorablemente a Woody Allen. Por otro lado, es muy difícil para los argentinos... Nosotros tenemos a Woody Allen en la médula, debe haber pocos países en el mundo donde se consuma tanto Woody Allen como aquí y Francia. Entonces, quiera uno o no, en algún lugar aflora eso. Pero nosotros nos cuidamos de que no tuviera nada que ver, y a pesar de eso, lo primero que nos dijeron fue: ¡Es Woody Allen! Pues bien, entonces dijimos no es un plagio, es un homenaje.
P. ¿Qué es lo que más le sedujo cuando leyó el guión?
R. La posibilidad de hacer un trabajo totalmente distinto. Yo venía de La Fuga, me parece... O lo anterior era El hijo de la novia. Es muy difícil, en términos de interpretación, encontrar caminos nuevos. Por muchos motivos, porque cuando una cosa sale bien y de pronto un perfil determinado es bien recibido y elogiado, todo el mundo quiere que hagas lo mismo. Creo que si hay algo de lo que uno debe cuidarse, incluso corriendo el riesgo de equivocarse, es de eso, porque es lo que determina las etiquetas, como nos ha pasado con tantos actores, e incluso con actores que nos gustan. De todos modos es muy difícil, porque tienes que vivir, alimentar a tu familia y pagar las cuentas. Entonces, no es tan fácil de golpe hacerse el exquisito y decir '¡Ah, no! eso no lo hago'.
P. Bien. Ha pasado por la experiencia de haber hecho algo distinto. ¿Se ha sentido más cómodo?
R. No. Yo me siento cómodo trabajando, y cuando me encuentro con compañeros es como la familia (..), cuando la cosa va de familia yo puedo hacer cualquier cosa, hasta puedo hacer una película porno. Es una exageración, pero es para fijar la idea. Me parece que en la diversificación se encuentra el motor principal de mi oficio. Correr riesgos es muy saludable aunque uno salga herido, o aunque de pronto las cosas no salgan como uno esperaba o creía que iban a salir. Me parece que si uno no está atento y se recuesta sobre la voz de la aceptación tiende a extinguirse. La diversificación es un intento de conservación de la especie. Específicamente hablando de nuestro oficio, me parece que uno debe correr riesgos, tiene la obligación de correr riesgos, zambullirse en historias nuevas, en géneros nuevos. Yo he hecho infinidad de óperas primas aquí, y estoy orgulloso de ello.
P. ¿Cómo cree que funcionará Un tipo corriente en España, después de Nueve reinas y El hijo de la novia?
R. Ésta no es una película tribunera, no es para la tribuna, para la platea, para gritar el gol colgado de la alambrada. Es una película mucho más tranquila, y es atípica. Alguien me dijo 'me divertí como loco, pero tuve la sensación de que es la primera comedia depresiva que vi en mi vida'. Me pareció genial, porque no existe como género la comedia depresiva. No existe. Y en Argentina la han valorado mucho por eso, porque es atípica, porque no respeta cánones y porque es medio rebeldona como género. No acepta mucho que le pongan la mano encima. Sin embargo, creo que en España va a gustar mucho, porque me parece que es de lo que no hay. Creo que es para disfrutar desde ese punto de vista.
P. ¿Le parece una historia auténtica?
R. Sí, la historia es auténtica porque yo conozco al menos a diez Samy Goldstein. Son tipos que funcionan y se manejan toda su vida así, y que de golpe les pegan una patada al tablero, vuelan por el aire y cambian su vida radicalmente, de un extremo a otro. En ese sentido me parece que sí, que es acabada.
P. ¿Cuáles son sus planes inmediatos?
R. Ahora estoy haciendo Arte , en teatro. En cine terminé de hacer Kamchatka, la de Piñeyro, que creo que se estrena en España en noviembre. Y proyectos, pero son proyectos.
Babelia
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