Todo un comediante

Gracias a tres magníficas comedias -Nueve reinas, El hijo de la novia, El mismo amor, la misma lluvia-, el actor argentino Ricardo Darín se ha convertido en un rostro familiar para los españoles enganchados al buen cine. Y si en esas tres películas este expertísimo comediante lleva la parte medular de un trabajo rico y complejo, que se mueve además en otros registros interpretativos, dramáticos y narrativos, ahora, en la recién llegada Un tipo corriente, Darín, aun quedándose más atrás que en las anteriores, va más lejos, pues él es todo en la película.

Es Un tipo corriente una comedia irregular, de corto vuelo, que maneja una idea simpática, una ocurrencia del estilo de Woody Allen. Cuenta que un escritor judío bonaerense, tímido incorregible, guionista de un programa de humor en la televisión, es convertido de la noche a la mañana en la estrella del show, pues una chica productora descubre que su sosería hace gracia y le lía para ponerle ante las cámaras.

Y ahí comienza y acaba todo, pues la película parece hecha de encargo para lucimiento del comediante Darín y ni siquiera la arrolladora lianta colombiana Angie Cepeda logra darle una verdadera réplica, por lo que todo queda en monólogo del actor argentino, que compone su tipo con medida y soltura, pero no logra allanar las arritmias de un juego cómico al que a ratos le sobra gracia y a ratos le escasea.