Lucha contra el vertido
Yemen emprendió ayer la lucha contra la contaminación a lo largo de sus costas orientales, donde se han formado manchas de crudo de una superficie de 20 kilómetros cuadrados tras la explosión que abrió un boquete en el casco del superpetrolero francés Limburg el pasado domingo.
La brecha abierta en el buque es lo suficientemente grande como para que un hombre pueda pasar por ella hacia sus depósitos, que almacenan 400.000 barriles de crudo. Un periodista de la agencia France Presse constató ayer que el fuego ardía aún en el petrolero, mientras era remolcado para alejar el peligro de contaminación de las costas, ya que las corrientes marinas lo estaban acercando al litoral.
'No tenemos ninguna estimación de la cantidad de bruto que ha sido vertido al mar; y tampoco contamos, por ahora, con medios adecuados para hacer frente a la marea negra', aseguró ayer Mohamed Muthanna, responsable de seguridad en la provincia yemení de Hadramut.
El precio del petróleo, que ha ido creciendo ante el riesgo de guerra en Irak, se disparó ayer en Londres tras la explosión del Limburg.
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