Una vida de lujo y codicia en Enron
RICARDO M. DE RITUERTO | Chicago
Brian Curver creía que le había tocado el gordo cuando, con un flamante master de administración de empresas bajo el brazo y 29 años, fue contratado por Enron en marzo del año 2001. El abrazo de la séptima compañía norteamericana, con un modelo de negocio que se estudiaba en las universidades y vocación de líder universal, era lo máximo a que se podía aspirar. Ocho meses más tarde, Curver estaba en la calle, sin trabajo.