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EE UU denuncia a cinco directivos por lucrarse con sus cargos

El cerco en torno a Bernie Ebbers, el fundador y ex presidente de la quebrada telefónica WorldCom, se estrechó ayer con la decisión del fiscal general de Nueva York de demandarle para que devuelva los millones en beneficios obtenidos por la concesión de acciones previas a la salida a Bolsa de empresas tecnológicas en los frenéticos años noventa. Junto a él, el fiscal ha demandado a los directivos de otras tres empresas.

El fiscal Eliot Spitzer, que ya en primavera dejó en evidencia a la correduría de Bolsa más grande del mundo, Merrill Lynch, por recomendar a sus analistas títulos que sabían no valían lo anunciado, sospecha que Ebbers y responsables de las compañías Qwest, Metromedia y McLoad obtuvieron concesiones privilegiadas de acciones por parte del banco de negocios Salomon Smith Barney. En total, son cinco los directivos acusados.

Salomon, filial del Citigroup, realizaba esas recomendaciones supuestamente a cambio de mantener negocios de cientos de millones con el banco. A pesar de ello, Spitzer no citará en la denuncia a esa entidad, según avanzaba ayer el diario económico The Wall Street Journal. El motivo es que ya se la está investigando por posibles conflictos de interés, pues Jack Grubman, el analista estrella de telecomunicaciones que recomendaba invertir en determinadas empresas a cambio de cuantiosas prebendas, trabajaba para Salomon.

Burbuja tecnológica

A finales de la pasada década y hasta el estallido de la burbuja en marzo de 2000, las salidas a Bolsa de nuevas empresas tecnológicas suscitaban gran demanda de acciones, cuyo valor se disparaba estratosféricamente en el mercado. Los bancos de negocios tenían poder discrecional para repartir esas acciones entre quienes las reclamaban, pero las pesquisas de Spitzer han encontrado que Ebbers y otros eran favorecidos de forma rutinaria. El presidente de WorldCom recibió en cuatro años acciones de 21 compañías, que le reportaron 11,1 millones de dólares de beneficios.

'Las concesiones de las acciones no eran una prebenda inocente', declaró Spitzer al anunciar las medidas contra Ebbers y los demás. 'Formaban parte de un montaje fraudulento para atraer inversiones al banco'. Spitzer pretende que los acusados devuelvan a las empresas los beneficios logrados con su especulación.

En otra investigación sobre corrupción financiera, la auditora PricewaterhouseCoopers, la mayor del mundo, ha confirmado que está siendo investigada para determinar si ocultó en sus auditorías pagos secretos multimillonarios realizados a los directivos de Tyco. 'No hay razones para creer que hay algo más, aparte de proveerles información', aseguró ayer el portavoz de la auditora, Stephen Silber.

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