El Festival de Cine de Nueva York abre hoy su 40ª edición
'Hable con ella', de Pedro Almodóvar, cerrará la muestra
En 1963, El ángel exterminador, de Luis Buñuel, abría el primer Festival de Cine de Nueva York. Cuarenta años después, Hable con ella, el último largometraje de Pedro Almodóvar, clausurará la muestra cinematográfica que empieza hoy en el Lincoln Center. En este tiempo, el certamen se ha convertido en uno de los más prestigiosos de Estados Unidos, la lanzadera de muchas obras independientes y una de las pocas ocasiones para el resto del cine mundial de llegar a las pantallas estadounidenses.
El festival se inaugura esta noche con la proyección de About Schmidt, una oscura comedia en la que Jack Nicholson padece la crisis existencial de un agente de seguros que pierde su trabajo, su mujer y su hija y decide resolver sus problemas lanzándose a la carretera con su caravana. Es la vuelta a la autopista para el actor, 33 años después de Easy Rider, el largometraje que le dio la fama.
Se dice que 'About Schmidt' puede acabar dando el cuarto Oscar a Jack Nicholson
A sus 65 años, consagrado en su papel de Jack el excéntrico, se dice que About Schmidt, realizada por el joven Alexander Payne, podría darle una nueva opción para un Oscar que ya ha conseguido tres veces (Alguien voló sobre el nido del cuco, La fuerza del cariño y Mejor imposible).
Paul Thomas Anderson, el director que triunfó con Magnolia hace unos años, vuelve ahora con Punch-Drunk love, una comedia sorprendente con Adam Sandler (ex estrella del programa televisivo Saturday night live) y Emily Watson. Paul Schrader dirige Auto focus, sobre la vida y tristezas del actor Bob Crane.
Bertrand Tavernier llega con Salvoconducto, una parodia sobre la ocupación alemana en Francia. Paul Greengrass habla del conflicto irlandés en Bloody sunday. Traudl Junge desvela las interioridades del régimen nazi en La secretaria de Hitler. Y el director iraní Abbas Kiarostami vuelve a hablar de la vida en Teherán en Ten.
Pero Kiarostami, que ya lleva cuatro películas presentadas en el Festival, no podrá viajar a Nueva York, puesto que las nuevas medidas antiterroristas estadounidenses le han negado el visado por primera vez. 'Este tipo de política es muy perjudicial', dice el director del festival, Richard Peña, 'sobre todo ahora, cuando necitamos acercarnos al mundo musulmán'.
El festival da una oportunidad al resto del mundo de darse a conocer en el mercado estadounidense. Paradójicamente, el auge del cine independiente o seudoindependiente en Estados Unidos ha resultado perjudicial para las películas extranjeras. Las obras autóctonas que no entran en los grandes circuitos de distribución, reservados a la industria de Hollywood, copan las pocas salas de Nueva York o Los Ángeles que muestran largometrajes extranjeros.
Almodóvar es uno de los pocos directores de lengua no inglesa que consiguen hacerse un hueco en las pantallas estadounidenses. Hable con ella tiene previsto su estreno a finales de noviembre.
'No creo que el festival haya cambiado tanto desde que yo empecé en 1988', dice Richard Peña. 'La estructura básica, 25 películas sin limitaciones de categorías o nacionalidades, sigue siendo nuestra característica. No somos un panorama, sino una selección. Puede o no gustar, pero son obras que dan un punto de vista muy particular sobre lo que pasa en el cine de hoy'.
Ha habido de todo en 40 años. Las inauguraciones confirmaron obras tan dispares como La noche americana, de François Truffaut (1973); Miller's crossing, de Joel y Ethan Coen (1990); Short cuts, de Robert Altman (1993), o Tormenta de hielo, de Ang Lee (1997). Las clausuras fueron igualmente brillantes. Ahí se estrenaron El último tango en París, de Bertolucci (1972), que consagró la fama internacional del festival, o Larry Flint, de Milos Forman (1996).
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