'Los años difíciles' recupera la memoria de la guerra civil española

Hace un año, el programa Hoy por hoy, que dirige Iñaki Gabilondo en la cadena SER, propuso a sus oyentes 'recuperar la memoria histórica de los españoles'. La respuesta fue mayoritaria. 'Ya era hora de que alguien se acordara de nosotros, los silenciados de siempre', escribió un oyente extremeño. Ayer, durante la emisión del programa, y en un estudio de radio repleto, Gabilondo presentó el libro Los años difíciles (Aguilar).

La obra reúne las historias que los oyentes remitieron a la SER entre septiembre de 2001 y junio de 2002. Todas de personajes anónimos, que encontraron durante los lunes un hueco en el programa. Ayer, durante la presentación de Los años difíciles, el periodista Carlos Elordi, editor del libro, aseguraba que pocas cosas le han producido tanta emoción como 'el ofrecer a todo el mundo unos testimonios de amargura e injusticia que han permanecido tanto tiempo en silencio por miedo'.

La guerra civil es el gran desastre de la historia de España como país y una pesadilla en la vida de las personas que, como perdedores, sufrieron sus consecuencias. Dar voz a cientos de historias silenciadas, a personas que sólo aspiran a contar sus vivencias, implica transformar la historia en magia y, sobre todo, darla a conocer a las generaciones más jóvenes. Esta idea está encerrada en una de las frases con las que Gabilondo presentó la obra: 'Un libro que al abrirlo automáticamente respira'.

Los años difíciles reúne bajo los apéndices La guerra, La derrota y La posguerra, las cartas, los apuntes, los poemas que personas anónimas escribieron -muchas poco antes de enfrentarse a un pelotón de fusilamiento- a sus esposas, maridos o hijos. Testimonios que han permanecido encerrados en un cajón durante décadas.

Gonzalo del Barrio es uno de los protagonistas del libro. Ayer acudió como invitado a la presentación. Su historia es la de un niño en el Valladolid de los primeros días de la guerra civil. Una historia fratricida que 'los jóvenes deben conocer'. Otra invitada, Ángela Melero, reconocía que la carta que su padre escribió a la familia antes de ser fusilado la ha enseñado 'a perdonar y a no guardar rencor'. Al final del programa, una redactora de Hoy por hoy depositó en el cementerio civil de Madrid una flor roja en una tumba elegida al azar, muy cerca de las de los políticos Pi y Margall o Salmerón.