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La terapia hormonal no previene el infarto y eleva el riesgo de ictus

Un estudio que revisa la evidencia científica disponible sobre la terapia hormonal sustitutoria, publicado en el último número de The Lancet concluye que este tratamiento no sólo no protege contra las afecciones cardíovasculares, sino que incrementa el riesgo de accidente vascular cerebral. Esta revisión aparece tras la suspensión, en julio pasado, del mayor ensayo clínico con TSH (la Iniciativa de Salud de las Mujeres o WHI) debido a las sospechas de un aumento del riesgo de cáncer de mama.

La revisión proporciona pruebas consistentes que refutan la opinión de que la terapia de sustitución hormonal puede proteger contra las enfermedades coronarias. También señala que en los ensayos aparecen pruebas continuas de que el uso de dicha terapia se asocia con un aumento del riesgo de padecer un infarto cerebral.

Los autores del estudio, de la Unidad de Epidemiología del Cáncer de la Universidad de Oxford (Reino Unido), han revisado los datos existentes sobre los efectos de la terapia en siete enfermedades potencialmente mortales, basándose en datos de cuatro de los principales ensayos clínicos, para proporcionar un análisis actualizado sobre los efectos a largo plazo de su uso.

Los cuatro ensayos revisados (con 20.000 mujeres seguidas durante cinco años) demostraron que las usuarias de esta terapia tienen un riesgo relativamente mayor de padecer cáncer de mama, embolia pulmonar (un coágulo sanguíneo en el pulmón) e infarto cerebral, en comparación con las mujeres a las que se les había suministrado placebo. Confirmó en cambio que protegia contra el cáncer colorrectal y la osteoporosisas fracturas de cadera.

Beneficios escasos

En las mujeres sanas de entre 50 y 60 años, el uso de la terapia hormonal causaría cáncer de mama, infarto cerebral o embolia pulmonar a 6 de cada 1.000 usuarias, pero reduciría la incidencia de cáncer colorrectal y la fractura de cadera en 1,7 de cada 1.000. En conjunto, una de cada 250 mujeres (4,3 de cada mil) tratadas con la terapia padecería alguna de estos efectos secundarios.

La terapia de sustitución hormonal se ha utilizado cada vez más desde comienzos de los noventa; se calcula que unos 20 millones de mujeres de países occidentales la utilizaban a finales de la pasada década. Alrededor de un tercio de las mujeres europeas de entre 50 y 60 años la toman durante una media de cinco años.

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