El Gobierno activa un plan de emergencia para repatriar a 1.000 marroquíes desde Canarias

La avalancha de pateras desde el sur de Marruecos y el Sáhara Occidental hacia Canarias es ya la mayor de la historia. En sólo 72 horas, la Guardia Civil ha interceptado a 491 inmigrantes indocumentados que intentaban desembarcar en el archipiélago. La situación en las islas es dramática: sólo en los 1.500 metros cuadrados de la antigua terminal del aeropuerto de Fuerteventura se hacinaban ayer un millar de africanos. Para aliviar la situación, el Gobierno ha puesto en marcha un plan de emergencia que, entre otras cosas, contempla la repatriación de 1.000 irregulares marroquíes en diez días.

Los marroquíes permanecen detenidos en la antigua terminal y en el viejo cuartel de la Legión de Fuerteventura, en la sala de rechazados del aeropuerto de Lanzarote, en el Centro de Internamiento (CIE) de Las Palmas y en la comisaría de esta última ciudad. Serán trasladados a Almería a bordo de aviones, custodiados por policías nacionales y en grupos de 80 o 90 personas. En la ciudad andaluza serán embarcados en un ferry rumbo a Melilla y devueltos a su país por la frontera de Beni Enzar. El primer vuelo tiene previsto despegar hoy desde Lanzarote.

Para agilizar el proceso, la delegación del Gobierno en Las Palmas ha reforzado el número de funcionarios encargados de tramitar las órdenes de expulsión. También han sido enviados a Fuerteventura 40 agentes de la Unidad de Intervención Policial y 18 guardias civiles.

De esta forma, las autoridades intentan descongestionar los centros de internamiento, que se hallan muy por encima de su capacidad. La terminal de Fuerteventura, cuyo aforo máximo fue calculado generosamente por el Ministerio del Interior en 300 personas, alberga a un millar. Tras una visita a las instalaciones, la directora nacional de atención y servicios de Cruz Roja, Estrella Rodríguez, se ha declarado 'impresionada por la situación de hacinamiento': 'Cruz Roja está intentando paliar las dificultades sanitarias y las necesidades básicas de ropa e higiene. Pero la situación de los internos hace muy difícil la convivencia', dijo al diario La Provincia.

No sólo en la terminal de Fuerteventura hay problemas de hacinamiento. El antiguo cuartel de la Legión de la isla, reformado para albergar a 320 extranjeros, ha alcanzado su tope. La sala de rechazados del aeropuerto de Lanzarote, recientemente rehabilitada para dar cobijo a un centenar de irregulares, tiene 300. Y en el CIE de Las Palmas, con 80 camas, hay 109 personas, a las que en las próximas horas se sumarán los 41 marroquíes que ayer desembarcaron en dos pateras al sur de Gran Canaria.

La llegada de inmigrantes a las islas ha batido tres veces su récord en las últimas horas. El viernes desembarcaron 100; el sábado, 103; el domingo, 124, y en la noche de ese mismo día, 161.

De este último grupo, 100 fueron interceptados en Fuerteventura, a donde habían llegado a bordo de cinco pateras. Otros 20 fueron detenidos en Lanzarote, cuya costa alcanzaron en otra embarcación. Y 41 más arribaron en dos lanchas al sur de Gran Canaria, a donde fueron acercados por un buque nodriza, según explicaron.

En las últimas expediciones el número de marroquíes supera al de subsaharianos: se invierte, pues, la tendencia de los últimos meses. La Guardia Civil ha comprobado que las pateras en las que llegan son nuevas. En ocasiones los carpinteros apenas han tenido tiempo para darles una capa de pintura impermeabilizante.