Amorebieta contará con una planta de reciclaje de plástico
La multinacional alemana Trienekens abrirá en junio su tercera instalación en Euskadi
La multinacional alemana Trienekens, dedicada a la industria medioambiental y que cuenta con más de 80 plantas repartidas por Europa y Asia, anunció ayer que abrirá en Euskadi la primera planta de tratamiento de plásticos de España. Trienekens prevé que la instalación esté en funcionamiento el próximo mes de junio, tras una inversión de 6,1 millones de euros. Será su tercera planta en el País Vasco, ya que cuenta en Amorebieta con una dedicada al reciclaje de papel y otra para el aprovechamiento de envases, desde plásticos, botellas, banderas y recipientes hasta latas de metal y tetra-briks. La nueva instalación también se ubicará en Amorebieta.
El director general del departamento internacional de Trienekens, Richard Damiecki, precisó ayer que el proyecto está pendiente aún del estudio de viabilidad, aunque tanto las soluciones técnicas como el informe de mercado están definidos. Al igual que en el proyecto de la planta de envases, la intención es que la empresa alemana asuma el 60% del accionariado y la Diputación de Vizcaya, el 40% restante.
La nueva planta tratará plásticos y residuos de envases. Se calcula la entrada de unas 12.000 toneladas y el producto obtenido se utilizará para aplicaciones en moldeo por inyección. Trienekens espera producir al año unas 8.000 toneladas.
Con este tercer proyecto la multinacional alemana superará los nueve millones de euros de inversión en Euskadi. Damiecki confirmó la intención de la multinacional de entrar en el negocio de la basura en el País Vasco (ver EL PAÍS del 8 de julio), en concreto en la gestión del vertedero bilbaíno de Artigas, que debe salir a concurso antes de fin de año. Este servicio, que incluye la limpieza y recogida de basuras en la capital, es realizado desde hace diez años por la constructora FCC, que este ejercicio ingresará más de 28 millones de euros.
El directivo alemán explicó que su proyecto incluye la modernización del vertedero para cumplir las directivas comunitarias, como el control de los gases y lixiviados (el agua que se filtra contaminada), la protección del suelo y un plan de gestión que incluya la clausura. Damiecki dijo que estas obras requerirán una inversión de entre 15 y 20 millones de euros.
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