El Ejecutivo balear pide a Interior que cubra las vacantes de policías

El Gobierno de Baleares, presidido por el socialista Francesc Antich, mantuvo ayer ante el ministro del Interior, Ángel Acebes, que existen 422 plazas vacantes en la plantilla del Cuerpo Nacional de Policía en las islas. Por su parte, el ministro Acebes discrepó del cálculo y de la magnitud del problema insular de inseguridad y consideró que con 150 nuevos agentes, en los dos próximos años, se pueden atender las demandas actuales.

Según detalló el director general de Interior del Gobierno balear, Antoni Torres, para una población de 830.000 habitantes y con un flujo de 10 millones de turistas anuales, las fuerzas de Seguridad del Estado tienen un despliegue de 1.401 efectivos en el Cuerpo Nacional de Policía y de 1.717 en la Guardia Civil. En todo caso, el Ejecutivo autónomo rechazó entrar en 'guerras de cifras' con el Gobierno central sobre los efectivos desplegados en Baleares.

'Es preciso que Interior tenga en cuenta la población flotante cuando efectúa sus cálculos y despliegues especiales', señaló Torres, que lamentó que Baleares no figure entre los territorios turísticos donde el Gobierno ha dispuesto acciones especiales de prioridad para afrontar el aumento de las acciones de la delincuencia, como son Madrid, Cataluña y Canarias.

La cuestión de la inseguridad ciudadana y la falta de agentes destinados a los servicios de vigilancia e investigación centraron el encuentro celebrado ayer por la tarde entre Antich y Acebes, que supone uno de los escasos contactos del mandatario socialista balear con la Administración central del Partido Popular en los últimos tres años.

Incentivos salariales

'No ha habido acuerdo pero el ministerio ha sido receptivo y se caminará para crear un órgano conjunto', explicó un portavoz oficial del Gobierno balear. Antich reclamó incentivos salariales para los miembros de las fuerzas de seguridad que ocupen plazas en Baleares por la carestía y los costes añadidos de la insularidad.

Esa comunidad autónoma ha registrado, como el resto de España, un importante incremento de la criminalidad, según refleja la memoria de la Fiscalía General del Estado de 2001. Los asuntos por los que se abrió un procedimiento penal en las islas aumentaron un 9,4% respecto al año anterior y llegaron a los 99.296. Pese a que los asesinatos y homicidios se redujeron de 46 casos en 1999 a 36 el pasado ejercicio, el número de lesiones subió un 24%. Concretamente los malos tratos familiares se duplicaron de un año para otro: pasaron de 273 casos a 575.

Los delitos contra el patrimonio (robos, hurtos, estafas, daños...) aumentaron también de modo significativo (un 11%).

El redactor del informe de la fiscalía en lo relativo a Baleares atribuye este incremento de la criminalidad al 'descenso de la moralidad individual'. 'No cabe atribuir ni a la eficacia policial ni a la eficacia jurisdiccional tal aumento porque los diversos estamentos cumplen al máximo con sus cometidos', aduce, si bien a renglón seguido aboga por un incremento de la plantilla de fiscales, que 'trabajan más allá de sus posibilidades'.