Un tercio de los asmáticos por causas laborales está en paro

Entre un tercio y la mitad de los asmáticos que han contraído la enfermedad por causas laborales están en paro y les cuesta encontrar empleo porque su dolencia tiende a empeorar con el tiempo. Entre el 5% y el 15% de la población de los países industrializados sufre asma, de ellos el 15% la contrajo en el trabajo, según datos aportados al Congreso de Epidemiología de Salud Laboral que se ha celebrado los últimos días en Barcelona y que ha reunido a unos 600 especialistas.

En España se considera que son el 5% los empleados aquejados por esta enfermedad respiratoria laboral. Los especialistas consideran que las causas del asma laboral son bien conocidas y se cuantifican en más de un centenar de sustancias específicas que la producen.

Entre los tres o cuatro sectores profesionales más expuestos a sufrir asma figuran la industria, principalmente la de producción de plásticos, las que utilizan ciertas moléculas de pintura, el personal de laboratorio que experimenta con animales, el personal del hornos y panaderías, y los empleados en labores de limpieza. De hecho, el colectivo de limpiadoras es uno de los más expuestos. Se calcula que aproximadamente la mitad de las empleadas que se dedican a este trabajo tienen probabilidades de contraer asma. Se desconoce si esta afectación guarda alguna relación con el polvo, aunque los indicios apuntan a que sí.

En España, a diferencia de otros países, aún está poco estudiado el asma laboral. Los estudiosos recomiendan que se tomen medidas preventivas para reducir los factores de riesgo. Teniendo en cuenta que los mecanismos de protección son escasos, si se actúa de forma eficaz la incidencia se reduciría.

Entre el 10% y el 20% de los asmáticos de origen laboral reconoce haber cambiado de trabajo o bien de sección a causa de la enfermedad. Sin embargo, en muchos casos el asma laboral no se cura aunque se abandone la actividad que lo produjo y cese por tanto el contacto con los agentes alegénicos, porque se convierte en una sensibilización crónica a otros factores.

Los especialistas insisten en la importancia de diagnosticar la enfermedad en la fase más temprana posible para intervenir de manera precoz, una cuestión que resulta determinante para mejorar el pronóstico de los pacientes.