Greenspan y Duisenberg causan un derrumbe de las bolsas al advertir de riesgos económicos
El presidente de la Reserva Federal avisa de que el déficit estadounidense es insostenible
Las principales economías del mundo se enfrentan a un horizonte lleno de riesgos e incertidumbres. Este mensaje catastrofista lanzado ayer por los presidentes de la autoridad monetaria en Estados Unidos, Alan Greenspan, y en la zona euro, Wim Duisenberg, hizo mella en las bolsas, que se desplomaron tras la jornada del miércoles, que había infundido optimismo en los mercados. Greenspan advirtió de que los riesgos de abandonar las políticas de control del déficit y Duisenberg aludió a las 'imprevisibles consecuencias' de la 'aventura militar' de Bush.
El presidente de la Reserva Federal (banco central estadounidense), Alan Greenspan, compareció ayer ante el Congreso para alertar a los representantes sobre los graves riesgos que representa para la economía de Estados Unidos la política de déficit presupuestario aceptada por la Administración de George Bush, que este año ha vuelto a los números rojos tras cuatro ejercicios consecutivos de superávit. El presidente de la Reserva Federal instó a los parlamentarios a conservar los estrictos controles de pasados años. 'La historia enseña que el abandono de la disciplina fiscal (...) nos impondrá más duras alternativas en el futuro', advirtió Greenspan.
Sus palabras cayeron como un jarro de agua fría en las bolsas, al coincidir estas advertencias con las del presidente del Banco Central Europeo (BCE), que alertó sobre posibles subidas de la inflación como consecuencia de la escalada del precio del petróleo. El índice Ibex 35 de la Bolsa española cayó el 3,71%, París el 4,57%, Francfort el 4,54% y Londres el 3,08%, mientras que Nueva York bajaba el 2,35% al cierre de la sesión. Los mercados invertían así la tendencia del día anterior, primer aniversario del 11-S, que lograron cerrar con importantes alzas en Europa y con leves descensos en EE UU.
Efectos depresivos
En su discurso en la Cámara de Representantes, el responsable de la política monetaria estadounidense relató los contratiempos de los pasados meses -'importantes caídas en los mercados de valores, aguda retracción en la inversión y los trágicos ataques terroristas de septiembre del pasado año'-, y advirtió de los efectos depresivos que han creado en el mundo económico.
Wim Duisenberg, presidente del Banco Central Europeo, coincidió con Greenspan en el día y en el carácter negativo que imprimió a su discurso. El BCE constató una coyuntura económica de 'extrema incertidumbre', en parte por las consecuencias que podría tener una 'aventura militar' en Irak, según palabras de Wim Duisenberg.
El máximo responsable del BCE, un hombre entrenado para medir sus palabras, se atrevió ayer a hablar de aventura militar y advirtió de que el incremento en los precios del petróleo está en camino y tiene que ver con la eventual guerra contra Irak. 'La amenaza bélica contribuye considerablemente a la incertidumbre en que nos encontramos', dijo Duisenberg, sin querer entrar a 'especular' ulteriormente sobre las 'imprevisibles' consecuencias que podría tener 'en el mercado del petróleo y en el resto de Oriente Próximo' un estallido bélico.
En lo que a la inflación se refiere, cuyo control es el principal cometido del BCE, Duisenberg constató una relativa estabilidad (1,9% en la zona euro en julio y 2,1% en agosto, esto último según estimaciones preliminares), pero recalcó el peligro que supondría una continuada subida de los precios del petróleo.
Tal y como se preveía, el consejo de gobierno de la autoridad monetaria, reunido ayer en Francfort, no modificó su tipo director de interés, que hoy por hoy se sitúa en un 3,25%. El precio del dinero, previsiblemente, seguirá en este nivel en 'el futuro inmediato', según había dicho ya el lunes Duisenberg. En rueda de prensa, el holandés expresó ayer esto mismo de manera distinta al afirmar que la política monetaria es 'neutral' por el momento. Antes de un movimiento de tipos, la autoridad monetaria de la zona euro suele avisar a los mercados de su intención, ya sea hacia una subida o hacia una bajada de tipos.
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