Maragall pide a Pujol que medie entre los gobiernos en el conflicto vasco
Los socialistas proponen recuperar la unidad en la ofrenda floral a Casanova.- La manifestación independentista convocada por ERC reúne a 3.000 personas - El ministro Piqué encabeza por primera vez la representación del PP en los actos
Convencido de que la situación en el País Vasco constituye un freno para el avance del autogobierno en Cataluña, el líder del PSC, Pasqual Maragall, pidió ayer al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que se 'implique personalmente' en la búsqueda de una solución al problema vasco. Maragall formuló esta propuesta tras la ofrenda floral ante el monumento a Rafael Casanova, con la que se inician los actos de la Diada. Las acusaciones de connivencia con Batasuna lanzadas por el PP contra ERC convirtieron al líder de este partido, Josep Lluís Carod, en uno de los protagonistas de la jornada. La Diada concluyó con la detención por la noche de una docena de personas en disturbios provocados por grupos independentistas.
Un puñado de jóvenes nacionalistas insultan cada año a los políticos y especialmente al PP
Maragall expresó su convicción de que 'ya es hora de que Cataluña tenga un papel, discreto pero clarísimo, para iniciar la vía del diálogo' en el País Vasco. Y aseguró su 'pleno apoyo' a Pujol si éste se decide a 'ir más allá de las declaraciones' y realiza una 'intervención personal'. Maragall está convencido de que Pujol se halla bien situado para mediar entre el Gobierno del PNV, por su afinidad ideológica, y el del PP, del que a fin de cuentas es aliado. La propuesta de Maragall, sin embargo, fue rechazada tanto por el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, como por el nuevo hombre fuerte del PP en Cataluña, el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué.
En el ambiente de exaltación catalanista en que se desarrollan las manifestaciones y los actos políticos de la Diada, Carod recibió numerosos apoyos, mientras que los dirigentes del PP mantenían su presión sobre él por haberse entrevistado hace un año con el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi.
Carod manifestó que las críticas que ha recibido en los últimos días forman parte de 'una campaña de criminalización con el PP como inductor a través del aparato de Estado'. Sostuvo que la política del PP 'amenaza tanto los derechos y los valores democráticos' en España como 'las libertades nacionales de Cataluña. Por esta razón, pidió a CiU y a los socialistas catalanes que 'tengan la valentía democrática de plantar cara a la indignidad del PP'.
Aunque los dirigentes de todos los partidos catalanes creen que Carod cometió un error al pedir a ETA que dejara de atentar en Cataluña, todos han considerado que esta equivocación no justifica que se equipare a ERC con Batasuna. Incluso el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Jesús Caldera, declaró ayer que de este error 'no se debe derivar una identificación de Esquerra con quienes practican el terrorismo'. 'Yo no lo hago', especificó. Caldera subrayó: 'Esquerra tiene un ideario acorde con la ley que siempre ha defendido por vías pacíficas, aunque yo no lo comparta'.
El nuevo hombre fuerte del PP en Cataluña, el ministro de Ciencia y Tecnología Josep Piqué, que ayer manifestó su voluntad de estar presente en el debate político cotidiano de Cataluña, sostuvo que tras haberse equivocado 'tan gravemente', ahora Carod utiliza 'excusas de mal pagador'. Luego, en la recepción oficial ofrecida por el presidente del Parlament, Piqué y Carod se saludaron fríamente.
Los actos de la Diada se iniciaron con la tradicional ofrenda floral de partidos, instituciones y entidades al monumento a Rafael Casanova, en Barcelona. La secuencia fue la misma de cada año: durante más de dos horas fueron desfilando una tras otra, por separado, las distintas delegaciones, que realizaban la ofrenda y posteriormente escuchaban el himno de Cataluña.
A su alrededor, unas 300 personas iban repartiendo silbidos y aplausos según sus preferencias, pero muy pocos se libraron de los pitos -ERC fue muy aplaudida, e Iniciativa, recibida con un indiferente silencio-. Como cada año, el PP, cuya comitiva estaba encabezada por vez primera por el ministro Piqué, se llevó la palma de los abucheos.
Desde muy temprano, un grupo de jóvenes ataviados con ropa y pancartas nacionalistas -'Catalunya catalana', 'Orgull català'- se concentraron para increpar a los dirigentes del PP, lanzar insultos contra España y entonar lemas como Vosotros, fascistas, sois los terroristas. El PSC también fue objeto de la ira de los jóvenes nacionalistas, de la que, en menor medida, tampoco se libraron las delegaciones de CiU, el Parlament y el Gobierno catalán.
La repetición idéntica cada año del mismo esquema llevó ayer a Maragall a sugerir la necesidad de modificar en el futuro este acto. En el breve encuentro que tuvo en el Parlament con el candidato de CiU, Artur Mas, y el probable aspirante del PP, Josep Piqué, el líder socialista planteó que los partidos realicen una ofrenda floral conjunta para recuperar el 'espíritu unitario de la transición' y evitar los agresivos improperios del puñado de jóvenes que se concentran ante el monumento.
La propuesta fue recibida de inmediato con interés por Piqué, quien afirmó: 'Hemos de intentar que la Diada no sea la expresión de la confrontación, sino de una voluntad común'. También Joan Saura, presidente de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), se mostró dispuesto a estudiar la propuesta, con matices: 'Sería conveniente cambiar el tipo de conmemoración que se hace', afirmó Saura, quien cree que el 'catalanismo necesita renovar los símbolos'. 'Somos partidarios de un acto unitario y abierto a los ciudadanos', añadió.
En cambio, los partidos nacionalistas se mostraron mucho más reticentes a cambiar el actual formato. Mas no quiso pronunciarse, en un gesto de evidente frialdad ante la propuesta. Y Carod, lo descartó: 'No tiene sentido que vayamos todos juntos si existen diferencias sustanciales en los proyectos de los partidos'.
ERC mantuvo su apuesta por una jornada reivindicativa y concentró a unas 3.000 personas, que marcharon por el centro de Barcelona bajo el lema Por la dignidad nacional, independencia. Los grupos radicales también se manifestaron sin incidentes y reunieron a un número similar de personas.
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