Sanz invoca el riesgo de 'huida de capitales' para reducir el tipo máximo del IRPF al 44%

El presidente de Navarra, Miguel Sanz, aseguró ayer que si no se aprueba su proyecto de reforma fiscal se producirá una huida de capitales de la Comunidad foral que pondrá en riesgo su 'capacidad de generar ingresos tributarios'. Sanz ha pactado con el CDN una reducción de los tipos máximo y mínimo del IRPF que, según el sindicato UGT y el PSN-PSOE, beneficiará sobre todo a las rentas más altas. La reunión de ayer de Sanz y el líder socialista, Juan José Lizarbe, confirmó el distanciamiento político de los antiguos socios presupuestarios, a ocho meses de las elecciones forales.

El Gobierno navarro pretende rebajar del 47% al 44% el tipo marginal máximo del impuesto sobre la renta, dejándolo un punto por debajo del tipo establecido por el Gobierno del PP en el territorio de régimen común, tras su reducción del 47% al 45%. De igual forma, UPN quiere rebajar del 15% al 14% el tipo mínimo, dejándolo un punto por debajo de la tarifa estatal, que ha sido reducida del 18% al 15%. .

El costo global de la reforma en Navarra, unos 84 millones de euros, es asumible, según explicó el presidente Sanz, porque contribuiría a generar más empleo y aumentaría la demanda interna, el consumo y la actividad económica con el consiguiente aumento de recaudación en los próximos ejercicios fiscales. Tras entrevistase con Juan José Lizarbe para analizar el proyecto de Presupuestos para 2003, Sanz reiteró que la reducción de tipos es necesaria para equiparar la situación de los contribuyentes navarros con los de régimen común y 'no facilitar' así la deslocalización de rentas.

El presidente no contestó a la petición socialista de que deflacte de inmediato las tarifas del IRPF en beneficio de la mayoría de los asalariados. 'Esta reforma perjudica claramente a las clases medias y a los trabajadores', indicó Lizarbe. El PSN espera conocer con más detalle los extremos de la reforma, aunque adelantó que votará en contra si, tal y como considera, 'a quien más beneficia es a quien más dinero tiene'.

Propuesta rechazada

Asimismo, Sanz rechazó tajantemente la propuesta formulada ayer por el PSN para que sólo lleguen al Parlamento foral los proyectos de ley que cuenten previamente con 26 votos a favor, la mitad más uno de los diputados del Legislativo foral. La medida pretende ser una cláusula de salvaguarda para marginar a Batasuna del juego parlamentario hasta el final de legislatura. La formación suspendida por Garzón (siete escaños) anunció que no participará en la votación de ninguna propuesta de UPN o PSN en protesta por la congelación de todas sus iniciativas parlamentarias, aprobada por ambos partidos. Ese anuncio da a UPN (22 escaños) la mayoría absoluta frente al resto de la oposición (21 diputados). Para no aprovechar esa ausencia de Batasuna, Lizarbe propuso al presidente Sanz que sólo envíe a la Cámara proyectos que cuenten con 26 votos a favor. Sanz se negó afirmando que se pretende 'bloquear' la acción de gobierno 'distorsionando la realidad democrática de las mayorías absolutas o simples'.

Constatados los desencuentros, las posibilidades de un acuerdo presupuestario entre Gobierno foral y PSN son remotas. Ambas partes dicen estar abiertas a la negociación, pero, en ausencia de Batasuna de las votaciones, UPN no necesita acuerdo alguno para sacar adelante su proyecto presupuestario y fiscal. Y los socialistas discrepan ya de las líneas maestras del proyecto de cuentas esbozado por Sanz con CDN, que ascenderá a 2.600 millones de euros. Navarra tiene ya prorrogados los presupuestos de 2001 y el horizonte preelectoral no facilita el entendimiento. El PSN ya ha anunciado que aspira a gobernar Navarra y que no habrá pactos globales con UPN tras las elecciones, ni gobierno de coalición ni pactos de legislatura.