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El 1,3% de retroceso en la inversión industrial anticipa una caída del crecimiento económico

El PIB aumentó en Barcelona el 2,5%, igual que la media de Cataluña

Las empresas están recortando sus inversiones. La inversión en bienes de equipo cayó el año pasado el 1,3% y en los seis primeros de este año ha bajado el 7,6%. Éste es uno de los síntomas de que la economía catalana, arrastrada por la desaceleración internacional, está acabando una fase de intensa expansió. Tarragona y Girona fueron las provincias que más crecieeron y Lleida la que menos. Así consta en el Anuario Económico de Caixa Catalunya, presentado ayer, según el cual el PIB catalán creció el año pasado el 2,5%, lo que representa un retroceso de 1,2 puntos respecto a 2000.

Cataluña no registraba un crecimiento de la economía tan modesto desde 1996. Las últimas previsiones del Departamento de Economía de la Generalitat rebajan el crecimiento al 2,2% durante el primer trimestre de este año.

El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y director del anuario, Josep Oliver, pronosticó ayer que el crecimiento de la economía catalana caerá este año hasta el 2% si no se producen cambios en el contexto internacional, como una posible subida del precio del petróleo, que podrían empeorar la situación. Esta previsión es menos optimista que la del Gobierno catalán, que prevé un crecimiento del 2,5%.

La inversión total, que a finales de los noventa alcanzaba cotas de en torno al 9%, se limitó el año pasado a un tímido 1%. También en 2000 fue modesta, pero superaba el 3%. La construcción se resintió también de la contención inversora. En 1999, las inversiones en este sector eran del 10,7%, y el año pasado se quedaron en el 3,7%.

El consumo privado evolucionó siguiendo la misma tónica y se estancó en el 2,6%, cuando un año antes rozaba el 4%.

La desaceleración afectó sobre todo a la provincia de Barcelona, aquejada por el descenso de la producción industrial de los subsectores de la maquinaria, el metal y el transporte. El PIB de esta demarcación creció el año pasado el 2,5% -igual que la media de toda Cataluña-, cuando en 2000 alcanzó el 3,6%. El eje metropolitano, que comprende las comarcas del Baix Llobregat, Barcelonès, Garraf, Maresme, Vallès Occidental y Vallès Oriental, creció a un ritmo similar. Barcelona y su área metropolitana concentran el 70% de la actividad económica de Cataluña.

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La construcción aguanta

Aunque con un impacto inferior en el conjunto de la economía, la ralentización se notó especialmente en la agricultura, que registró una caída del 7,5%, debida a las heladas que el pasado invierno afectaron a la producción de aceite y vino, además de las crisis en los sectores vacuno y porcino, según el informe de la entidad financiera.

El sector de la construcción, en cambio, es el que mejor ha soportado la desaceleración económica, ya que el año pasado mantuvo un crecimiento idéntico al de 2000, del 3,3%. Según Oliver, el buen comportamiento de este sector se ha debido a la obra pública, pues la construcción de viviendas se ha estancado tras un periodo de auge marcado por una tendencia al alza de los precios.

El sector servicios creció el año pasado el 3,3%, sólo cuatro décimas por debajo de los resultados de 2000. El buen ritmo del comercio, la hostelería y los transporte durante el segundo semestre de 2001 permitió cerrar el año con buenos resultados.

El impulso de estos sectores situó a las provincias de Tarragona y Girona a la cabeza del crecimiento económico de Cataluña, con un incremento del PIB del 2,8%. En el año 2000, estas demarcaciones crecieron el 4,8% y el 3,8%, respectivamente. En el otro extremo se situó la provincia de Lleida, que registró un aumento del PIB del 1,9% -el año anterior fue del 3,8%- a causa de la caída del sector agrícola y de la desaceleración de la industria.

Perdedoras y ganadoras

El crecimiento de las comarcas tuvo perdedores y ganadores, con varias de Tarragona en cabeza y algunas de Lleida en la cola. Seis comarcas catalanas lideraron el año pasado el crecimiento económico de Cataluña: el Alt Camp, el Baix Camp, el Baix Penedès, la Conca de Barberà, el Priorat y el Tarragonès. Frente al 2,5% de incremento del PIB catalán, estas seis comarcas registraron un crecimiento medio del 2,8%. El autor del estudio, Josep Oliver, atribuye este liderazgo al impulso de la construcción y del turismo. Esta zona fue la única que el año pasado registró un aumento de las pernoctaciones en los hoteles. En la Costa Daurada crecieron el 10,9%. La segunda zona más dinámica de Cataluña, según el informe, la constituyeron las gerundenses del Baix Empordà, Alt Empordà, Gironès, Pla de l'Estany y Selva, con un incremento económico del 2,8%. Las siguen las comarcas del Ebro (Baix Ebre, Montsià, Ribera d'Ebre y Terra Alta) que, bajo el paraguas de la construcción, alcanzaron un crecimiento del 2,72%. La montaña, por su parte, no se quedó atrás. Más bien al contrario. El Pallars Sobirà, el Alt Urgell, la Cerdanya, el Pallars Jussà, la Alta Ribagorça y la Val d'Aran registraron unos niveles de crecimiento que, en conjunto, superaron la media catalana (2,7%). La zona peor parada fue el llano de Lleida, cuyas comarcas -la Noguera, el Pla d'Urgell, la Segarra, el Segrià y el Urgell- sólo crecieron el 1,9%.

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