Haider rompe la coalición de Gobierno en Austria y obliga a anticipar las elecciones

El Gobierno de coalición austriaco se disuelve y habrá elecciones anticipadas a finales del próximo mes de noviembre o a más tardar a principios de diciembre. Lo anunció ayer el canciller y presidente del Partido Popular (ÖVP), Wolfgang Schüssel, tras la ruptura interna de su socio en el Gobierno, el derechista Partido Liberal (FPÖ). La disolución del Parlamento está prevista para el próximo 19 de septiembre. La alianza de Schüssel con la extrema derecha liderada por Jörg Haider en febrero del año 2000 fue objeto del repudio diplomático de toda Europa.

Austria tardó medio año en liberarse de las sanciones políticas impuestas por los demás miembros de la Unión Europea.

'Hemos llegado al límite de lo políticamente soportable'; 'En las condiciones actuales no es posible continuar trabajando'; 'Los votantes tienen la palabra', fueron las frases que pronunció ayer Schüssel, al anunciar la convocatoria de elecciones anticipadas.

La crisis que pone fin a la participación de la extrema derecha en el Gobierno austriaco estalló el domingo al dimitir, colectivamente, la mitad de la cúpula dirigente del FPÖ: la vicecanciller Susanne Riess-Passer, presidenta del FPÖ; el ministro de Hacienda, Karl-Heinz Grasser, y el jefe del Grupo Parlamentario, Peter Westenthaler. El lunes renunció también el ministro de Infraestructuras, Mathias Reichhold.

En desacuerdo con la decisión de aplazar una reducción de impuestos para compensar los gastos de las recientes inundaciones, Haider retiró la confianza a Riess-Passer con el respaldo de la base del partido, que proyecta una asamblea extraordinaria para el 20 de octubre. Haider nunca dejó de ser el líder del partido, si bien formalmente había delegado su dirección a la vicecanciller, quedándose sólo a cargo del Gobierno regional de Carintia.

Mientras los sondeos registraban un paulatino descenso de la popularidad del FPÖ desde que participa en el Gobierno -de casi un 37% se redujo a menos del 20%-, Haider siguió jugando el papel de mordaz opositor, incluso contra sus propios ministros, que se adaptaron al programa de Gobierno elaborado conjuntamente con los conservadores. 'El FPÖ tiene que resolver un asunto esencial: si quiere gobernar o ejercer oposición. Las dos cosas juntas no son posibles', dijo Schüssel, y manifestó su rotundo rechazo a la reestructuración del Gabinete que pretende Haider. Un Haider flanqueado ahora por los más extremistas de sus seguidores, como el defensor del Pueblo, Ewald Stadler, quien considera que la liberación de Austria por los aliados en 1945 no fue mejor que la ocupación nazi.

Un Haider que sigue oponiéndose a la ampliación de la UE, que hace alarde de sus simpatías por el dictador iraquí Sadam Husein y que pretende forjar una alianza de la extrema derecha europea. 'El derecho al suicidio político es un derecho fundamental en una democracia', dijo ayer Schüssel, refiriéndose a Haider, pero sin descartar la posibilidad de reanudar en una nueva legislatura una alianza con la extrema derecha. El diario Der Standard apuntaba ayer que el proyecto de Schüssel de 'domesticar' a Haider ha fracasado.

Haider se mostró ayer satisfecho con la nueva situación y añadió que el FPÖ tendrá más votos si se retira ahora que si sigue medio año más en el Gobierno, donde se vería obligado a defender 'causas contrarias a los intereses de los votantes', como la ampliación europea.