La mejora económica se retrasa a 2003
La UE apuesta por mantener las actuales políticas y respetar a toda costa el Pacto de Estabilidad
Wim Duisenberg, el todopoderoso presidente del Banco Central Europeo (BCE), se mostró ayer ante los ministros de Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) en Copenhague como uno de los más pesimistas de los reunidos cuando afirmó que la recuperación de la economía europea tendrá que esperar hasta la primera mitad del año que viene, cuando hasta junio todas las previsiones apuntaban a un repunte para después del verano. Los ministros, como Duisenberg o el comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, coincidieron en señalar que existe una gran desconfianza entre los consumidores y los inversores, pero las recetas para superarla se limitan a mantener las actuales políticas.
'La recuperación llegará más tarde que lo previsto', afirmó, resignado, Duisenberg, quien agregó que es necesario recuperar la confianza de consumidores e inversores 'cuanto antes' para superar esta 'decepcionante' situación. Algunos factores que influyeron al comienzo del verano en esa pérdida de confianza los citó Solbes al final de la reunión de dos días mantenida por el Ecofin en la capital danesa: las caídas bursátiles en EE UU y Europa, la debilidad en la demanda externa, el incremento en los precios del petróleo y las crisis en varios países latinoamericanos.
Reformas y crecimiento
Las recetas se resumen y concretan en más de lo mismo: reformas estructurales para alcanzar el potencial de crecimiento en la UE (alrededor del 2,5%) y respeto al sagrado Pacto de Estabilidad, zarandeado en los últimos meses por Alemania, Portugal, Francia e Italia, los países de la zona euro que mayores desequilibrios presupuestarios presentan. De hecho, Solbes hizo un llamamiento a todos los ministros para no bajar la guardia a la hora de elaborar los proyectos de presupuestos para 2003. 'Hay que ser serios en política presupuestaria', señaló.
También Duisenberg hizo hincapié en la misma idea: 'Si la gente ve que las autoridades mantienen sus políticas de estabilidad, a pesar de los problemas puntuales que puedan surgir, se recuperará la confianza y habrá un relanzamiento económico'. El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, quien, como el resto de sus colegas, analizó con los ministros la situación económica internacional, recordó que los países que ya han abordado reformas y están próximos al equilibrio presupuestario se encuentran ahora en mejores condiciones ante el estancamiento.
El ministro francés de Economía, Francis Mer, recordó que París ha condicionado alcanzar el equilibrio presupuestario en 2004 siempre y cuando se logre un crecimiento cercano al 3%, cuando la previsión a la baja para este año es ya de sólo el 1%. Es más, Mer puso en duda que con reformas estructurales como las laborales no parece que se pueda transmitir mucha confianza a los consumidores. Es lo contrario que opina el ministro español de Economía, Rodrigo Rato, para quien las reformas laborales dan mayor seguridad a la hora de conservar el puesto de trabajo y más posibilidades de encontrar uno alternativo. 'Inmovilismo no es garantía de confianza', aseguró Rato en referencia a países que, como Alemania, no han abordado ese tipo de reformas.
Pero si antes del verano se produjo un aumento en las dosis de incertidumbre, ahora los ministros de Finanzas temen sobre todo que un posible ataque a Irak desbarate toda posibilidad de recuperación. Ante ese peligro latente, 'los actores económicos no asumen riesgos', advirtió Mer. Para Solbes es uno de los factores que hoy arrojan mayor incertidumbre por la repercusión que tendría ese ataque en los precios del petróleo. Rato, por ejemplo, aseguró que el Gobierno español trabaja con la hipótesis de que el precio del barril se mantenga estable entre los 25 y 26 dólares, pero un conflicto armado originaría sin duda precios mucho más elevados.
Pese a la incierta y compleja situación actual, varios ministros se esforzaron ayer en transmitir que las bases de la economía europea son sólidas y que, aunque con retraso, la recuperación llegará. Thor Pedersen, el ministro de Finanzas de Dinamarca, que este semestre preside la UE, recordó, por ejemplo, que la inflación es baja (2,1%), que los tipos de interés (3,25%) no son elevados y que la mayoría de países europeos están muy próximos al equilibrio presupuestario, 'por lo que la recuperación llegará, aunque sea más tarde'.
Duisenberg volvió a ser el duro de la reunión al afirmar con rotundidad que los tipos de interés son 'los apropiados' y que no puede esperarse reducción alguna 'en un futuro previsible'.
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