La contaminación crece el 50% en Cataluña, según los ecologistas
Un estudio alerta del deterioro medioambiental en la última década
La situación del medio ambiente catalán no sólo no mejora, sino que empeora. Así se desprende de un informe sobre la evolución ambiental en los últimos 10 años elaborado por la Asamblea de Entidades Ecologistas de Cataluña y publicado coincidiendo con la cumbre de Johanesburgo. El estudio concluye que Cataluña 'participa cada vez más en la destrucción ambiental causada por los países desarrollados' y se basa en datos como el aumento en un 50% de las emisiones de CO2 causadas por el consumo de energía en la última década.
La Asamblea de Entidades Ecologistas de Cataluña (AEEC)agrupa a una treintena de asociaciones de defensa del medio ambiente que trabajan en ámbitos territoriales específicos, como Acció Ecologista en Barcelona, Iaeden en Girona, Ipcena en Lleida y Gepec en Tarragona. El portavoz de la Asamblea, Víctor Mitjans, explica que para realizar el estudio se han contrastado los datos de cada una de las entidades y se han realizado estudios globales sobre 10 vectores medioambientales, algunos de los cuales no cuentan con datos oficiales.
Este es el caso de las emisiones de CO2, que se han calculado a partir del consumo de combustible. El aumento de anhídrido carbónico tiene especial relevancia porque se trata de un gas que supone el 75% del total de emisiones que tienen capacidad para originar el cambio climático, circunstancia que según la AEEC ya se está produciendo. Estas emisiones son, además, una mala señal en relación con el cumplimiento de los acuerdos de la cumbre sobre cambio climático de Kyoto en 1997, de los que se desprende que el año 2012 Cataluña debería haber reducido en un 11% las emisiones de gases que causan el efecto invernadero.
Sin embargo, el estudio apunta que existe una tendencia a la disminución de la concentración de los principales contaminantes atmosféricos: el monóxido de carbono, el dióxido de azufre, el ácido sulfúrico, el plomo y los hidrocarburos.
El informe también revela un notable incremento del consumo de energía primaria, que 'eclipsa la generación de nuevas energías renovables', aunque admite que hay signos de evolución hacia un cambio de modelo energético. Así, la producción eléctrica ha aumentado el 28% en Cataluña en la última década; el consumo de petróleo, el 21%; el de gas natural, el 125%, y sólo el consumo de carbón ha disminuido el 46%. En sentido contrario, el estudio afirma que la contribución de las energías renovables ha pasado del 2,8% al 2,2% del total energético. El capítulo destinado a energía indica también que Cataluña sólo está superada por Francia y Lituania en el empleo de energía nuclear, ya que el 62% de la electricidad se obtiene en centrales nucleares.
La AEEC critica que los residuos declarados han aumentado el 72%, al pasar de 5,4 millones de toneladas a 9,3 millones, de los cuales más de la mitad son desechos industriales. En el caso de los residuos municipales, han aumentado el 29%, pese a las directivas europeas y la entrada en vigor de la ley de 1993. Según el estudio, la población ha aumentado el 4,5% frente al incremento en un 23% de los residuos generados por habitante, de forma que cada ciudadano ha pasado de generar 464 kilos de basura en 1992 a 571 kilos en 2001.
El aumento registrado en la generación de residuos ha comportado que, pese al aumento porcentual del reciclaje, la basura incinerada se haya incrementado en un 27,7% y que los vertederos reciban anualmente el 30% más de desechos que en 1992. El estudio indica también que sólo se recupera el 4,4% de la materia orgánica y que la Ley de Envases no ha logrado frenar su generación.
La AEEC denuncia en su informe que el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN), aprobado en 1992, 'no ha acabado de desarrollarse' y afirma que el 60% de los Planes de Uso y Gestión están pendientes de realización. Por el contrario, el 80% de los espacios incluidos en el PEIN se han visto afectados por proyectos con importantes impactos ambientales.
Por último, el estudio apunta la desproporción entre el aumento de la superficie urbanizada (35%) y los desplazamientos por carretera (42% en el caso de las mercancías) respecto al aumento demográfico (1,7%), el impacto sobre la costa catalana que supone la presencia de turistas (cuyo número se ha duplicado desde 1992), la sobreexplotación de las reservas pesqueras debido a la disminución de la flota, el incremento del consumo de agua (14%) y la creciente contaminación de los acuíferos.
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