El 'caso Gescartera' precipita el retiro del arzobispo de Valladolid

En agosto, como las subidas de precios, el Vaticano sorprendió ayer con el anuncio de la jubilación del arzobispo de Valladolid, José Delicado Baeza, y su sustitución por el prelado de Salamanca, Braulio Rodríguez. Delicado, de 75 años, llevaba 27 en el cargo y fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal entre 1981 y 1987. Pocos analistas dudaban ayer que su retiro ha sido precipitado por Roma a causa del escándalo de Gescartera, en el que la archidiócesis estuvo mezclada. El nuevo arzobispo lo negó tajantemente y proclamó la 'trayectoria muy importante y limpia' de su predecesor.

El escándalo de Gescartera centró el debate político hace un año, cuando estalló en pleno verano, y supuso un prolongado viacrucis para el arzobispo Delicado Baeza, cuyo ecónomo diocesano, Enrique Peralta, fue acusado de especulación y de mentir al Congreso de los Diputados. La diócesis había invertido en Gescartera más de mil millones de pesetas, pero logró salvarlos por las relaciones especiales del ecónomo con el presidente de la sociedad, Antonio Camacho, actualmente en prisión. Otras organizaciones católicas tuvieron menos suerte y perdieron sus inversiones, por encima de los 2.500 millones de pesetas.

Aunque la jerarquía de la Iglesia católica cerró filas en defensa del arzobispo, proclamando que había sido víctima y no beneficiado por el escándalo financiero, el prestigio del prelado quedó seriamente afectado. Ello explica su relevo, anunciado ayer, en plenas vacaciones de agosto, mediante una breve nota de la Nunciatura del Vaticano, remitida a los medios de comunicación por la Conferencia Episcopal Española (CEE). El nuncio de Roma en Madrid, arzobispo Manuel Monteiro, y el cardenal Antonio María Rouco, presidente de la CEE, muñidores de este cambio, acaban de terminar sus vacaciones, el primero en el norte de Portugal, donde vive su familia, y el arzobispo de Madrid repartidas entre Villalba (Galicia), donde nació en 1936, y Lugano (Suiza).

Renuncia de oficio

El nuevo arzobispo de Valladolid tiene 58 años e hizo ayer una defensa cerrada de la labor de Delicado Baeza. 'Su trayectoria ha sido muy importante y limpia, a pesar de lo que se haya podido comentar', dijo Braulio Rodríguez a Efe. Se refirió al caso Gescartera como una cuestión 'que está ya encauzada', y añadió: 'No debo decir nada, pero sobre el tema se ha hecho mucha literatura'. También rechazó la posibilidad de que el cambio fuera consecuencia del escándalo financiero. 'Don José cumplió los 75 años en enero y hay una norma dentro de la Iglesia sobre la edad, por lo que su relevo entra dentro de las previsiones normales', dijo.

El canon 401 del Código de Derecho Canónico 'ruega' a los obispos 'la renuncia de su oficio' al llegar a la edad de 75 años, pero a muy pocos les acepta Roma esa dimisión formal cuando se produce. Es más, la mayoría deben esperar algunos años. Es el caso de los arzobispos de Toledo y Barcelona, cardenales Francisco Álvarez y Ricard Maria Carles, nacidos en 1925 y 1926, respectivamente. Delicado Baeza nació en enero de 1927 en Almansa (Albacete). Otro prelado relevante al que Roma no ha aceptado su dimisión es el arzobispo castrense José Manuel Estepa, que cumple 77 años dentro de cuatro meses. La edad media del episcopado español supera los 65 años.