Chile destruye más de 76.000 minas antipersona
Con la destrucción de 76.388 minas antipersona, casi un cuarto de las que existen almacenadas en el país, en una ceremonia realizada en pleno desierto, cerca de la frontera con Perú, el Gobierno chileno expresó su voluntad de cumplir con la llamada Convención de Ottawa, que prohíbe el uso de estos artefactos, y envió una señal de distensión a sus vecinos.
A la ceremonia, encabezada por el presidente Ricardo Lagos, acompañado por las ministras de Defensa, Michelle Bachelet, y de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, y los comandantes jefe del Ejército y la Armada, asistieron más de cien invitados. Los presentes observaron a distancia y con tapones en los oídos, bajo un toldo de tela camuflada en Pampa Chaca, a 20 kilómetros de Arica, la ciudad más al norte del país, las 15 potentes detonaciones de estas minas, dirigidas por control remoto, en la mayor destrucción de estos artefactos hecha en Chile.
Lagos afirmó que mientras en otras partes del mundo se escuchan 'vientos de guerra', aquí, en cambio, se oyen 'vientos de paz', que dan cuenta del clima de distensión del país con sus vecinos. La ministra Bachelet resaltó que el país habrá eliminado todas sus minas antipersona almacenadas hacia agosto de 2003. Como parte de las actividades del 'desminado humanitario', se dará asistencia a las víctimas chilenas -12 muertos y más de 70 heridos graves, casi todos civiles- de estos artefactos, así como sus familias y comunidades. A comienzos de septiembre, el Gobierno chileno enviará un informe llamado de 'transparencia' a la ONU, informando de las actividades del plan nacional de desminado y las zonas donde se encuentran situados estos artefactos.
La mayor parte de las minas antipersona diseminadas en los extremos norte y sur del país fueron sembradas durante la dictadura de Pinochet, en un momento de tensión con Argentina y Perú. El coste de sacar las minas colocadas en suelo chileno, exactamente 122.661, según el Ministerio de Defensa, se calcula en más de 110 millones de euros, aunque varía según la tecnología que se emplee. El plazo que da la Convención de Ottawa al país para cumplir esta tarea expira en 2011, pero es prorrogable por otros diez años. Tras las detonaciones de Pampa Chaca, a Chile le quedan aún 330.737 minas antipersonas, de las que 211.076 están almacenadas en polvorines. El plan de desminado prevé que 28.647 de esos artefactos quedarán retenidos para instrucción de los militares.
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