La UE crea un fondo especial para paliar los daños de las catástrofes naturales

Romano Prodi quiere acortar al máximo los plazos para que los cuatro países afectados por las inundaciones de este verano en Europa central se beneficien antes de fin de año del nuevo fondo especial para catástrofes anunciado ayer por Bruselas y que tendrá una cuantía inicial de 500 millones de euros y de 1.000 millones en 2003. 'Hay que actuar rápido como expresión de la solidaridad europea', dijo el presidente de la Comisión. La propuesta del Ejecutivo comunitario pasará ahora a manos del Consejo de Ministros de la UE y de la Eurocámara para convertirse en realidad.

Prodi confía en que el fondo esté operativo antes de fin de 2002. Sin embargo, fuentes europarlamentarias indican que el procedimiento quizá requiera de más tiempo.

El presidente recalcó que la nueva bolsa no exigirá la revisión de las perspectivas financieras 2000-2006, aprobadas en marzo de 1999 en la maratoniana cumbre de Berlín, que establecen que el presupuesto comunitario no puede rebasar el 1,27% del producto interior bruto (PIB) europeo.

La propuesta de fondo fue avanzada por el propio Prodi el pasado día 18 en Berlín en la reunión de urgencia que mantuvo con los primeros ministros de Alemania, Austria, República Checa y Eslovaquia para hacer balance de las inundaciones y tomar medidas. El presidente de la Comisión propuso allí la fórmula de reorientar el destino de los fondos estructurales de los que se benefician alemanes y austriacos, y de los fondos de preadhesión que perciben checos y eslovacos. No es la primera vez que se sugiere una reprogramación de ayudas. El pasado abril se empleó para Canarias, Madeira y Azores, y antes se hizo con Francia y Grecia.

Lo más destacado de la iniciativa anunciada ayer es que, llegado el caso, podrán tener derecho no sólo los Estados miembros sino también los países aspirantes al ingreso en la Unión, que teóricamente no entrarán hasta 2004. Fuentes comunitarias ven en ello la prueba palpable de que la ampliación es ya un hecho aceptado y consumado.

La UE dispuso de un fondo de estas características en los noventa; el monto era muy pequeño, apenas dos millones de euros. El Parlamento Europeo, con el respaldo de la anterior Comisión presidida por el luxemburgués Jacques Santer, optó en 1997 por suprimirlo al no haber sido utilizado jamás. Resulta ahora irónico recordar que fueron los socialdemócratas alemanes quienes más trabajaron para su abolición.

Independientemente de la creación de este fondo extraordinario, la Comisión, que ayer celebró su primera reunión tras la pausa estival, confirmó que alemanes y austriacos podrán beneficiarse de 'varios miles de millones de euros' en concepto de la reasignación de dinero de su partida de ayuda regional a misiones propias de la reconstrucción y distintas de la filosofía de los llamados fondos estructurales, destinados en general a la cofinanciación de proyectos de infraestructura, agricultura, telecomunicaciones, educación, etc. Checos y eslovacos obtendrán, a su vez, asistencia procedente de los fondos de preadhesión.

Bruselas evalúa en al menos 15.000 millones de euros los daños que las inundaciones han causado en Alemania, 2.000 en Austria, entre 2.000 y 3.000 en la República Checa y 35 millones en Eslovaquia. Pero la Comisión se resiste oficialmente a dar cifras concretas sobre la ayuda que estos países recibirán para afrontar el desastre, y en la que también estarán incluidos los anticipos de las subvenciones agrícolas. Ayer, Prodi se atrevió a decir que 'serán resarcidos en un cien por cien'. Otra cosa es saber si tal compromiso será factible.

El Banco Europeo de Inversiones planea por su lado la concesión este mismo año de 1.000 millones de euros para los cuatro países, principalmente Alemania y República Checa.

Representantes del Comité de Presupuestos del Parlamento Europeo insisten, por su parte, que la Comisión dispone, independientemente de los fondos estructurales y de preadhesión, de un margen de más de 5.000 millones de euros destinados a otras partidas que podrían ser utilizados mediante un reajuste de las perspectivas financieras comunitarias.