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LA CONFERENCIA SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE

Las diferencias sobre el comercio mundial dificultan el avance de la cumbre de la Tierra

El problema del acceso al comercio internacional de los productos, básicamente agrarios, de los países pobres, dificultado por los subsidios que los países desarrollados conceden a sus agricultores y empresas protagonizó ayer las negociaciones en el segundo día de trabajo de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, que se celebra en Johanesburgo (Suráfrica). Es uno de los puntos de mayor enfrentamiento entre los países en vías de desarrollo y Estados Unidos, con la UE intentando mantener oficialmente una postura de equilibrio.

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Pese a los problemas, los avances logrados en la negociación en su conjunto y algunos acuerdos alcanzados en puntos concretos motivaron satisfacción entre las delegaciones y una cierta esperanza por los resultados de la conferencia. Uno de los acuerdos concretos fue sobre la limitación y gestión de productos químicos peligrososo para la salud y el medio ambiente; otro fue sobre pesca de modo sostenible.

A la cumbre asisten ya delegados de 190 países, de los 195 que tienen derecho a hacerlo, indicó la portavoz de Naciones Unidas, con lo que esta conferencia puede llegar a convertirse en la mayor de este organismo internacional. Con casi 16.000 personas ya acreditadas, arreciaron ayer las quejas por las limitaciones de acceso al centro de convenciones Sandton, donde se celebran las sesiones oficiales, con capacidad para sólo 7.000 personas.

El capítulo más polémico

El comercio internacional y las subvenciones agrarias en los países desarrollados, la financiación de la ayuda al desarrollo y la globalización se han convertido en el capítulo más polémico en los dos primeros días. Frente a los países en vías de desarrollo, que piden la apertura de las fronteras comerciales de los países desarrollados para sus productos, la reducción de las subvenciones y una mayor ayuda económica, Estados Unidos se mantiene firme en su decisión de no moverse ni un centímetro de los acuerdos alcanzados en la cumbre de Monterrey sobre ayuda al desarrollo y la reunión de Doha de la Organización Mundial del Comercio.

Europa mantiene su oferta de aumentar la ayuda al desarrollo hasta un 0,39% del producto interior bruto en 2006, según subrayó ayer el comisario responsable de Cooperación y Ayuda Humanitaria, Paul Nielsen. Pero en el tema de las subvenciones a los agricultores y empresas, Europa sigue manteniendo posturas que merecieron ayer las críticas de los países más pobres.

También Ian Golding, director político del Banco Mundial, criticó ayer a los países industrializados. 'Su actitud proteccionista de la agricultura y la industria textil es particularmente decepcionante', dijo. Y para subrayar la importancia del problema, Golding hizo esta comparación: 'El monto de las subvenciones agrícolas de los países de la OCDE ha sido en los últimos años superior al PIB total de los países de África'.

El principio de acuerdo alcanzado el domingo entre Europa y Estados Unidos, que reafirma las posiciones en torno a los acuerdos de Monterrey y Doha, ha levantado ampollas también entre las organizaciones no gubernamentales, que reclaman que la cumbre se oriente sobre el objetivo previsto: el medio ambiente y el desarrollo sostenible.

Estados Unidos, que está en una situación incómoda en esta cumbre, puesto que no ha firmado la Convención de Biodiversidad que salió de Río de Janeiro en 1992 y ha rechazado el protocolo de Kioto sobre cambio climático, asiste a Johanesburgo con una delegación pequeña para lo que es habitual: unas 150 personas. Los representantes estadounidenses no hacen declaraciones, ni airean sus propuestas, y mantienen una actividad discreta. En las negociaciones, EE UU encabeza el grupo de países que se opone a los compromisos concretos, normalmente integrado por Canadá, Japón y Australia. Sin embargo, en algunos temas, como los objetivos sanitarios y el acceso al agua, Japón y Canadá se han descolgado y han manifestado su disposición a asumir objetivos específicos.

Canadá protagoniza un punto de desencuentro que ha surgido en torno al tema de la salud reproductiva. Dicho país pretende introducir en los acuerdos básicos internacionales alcanzados en otros foros mundiales una referencia a la defensa de los derechos humanos, para proteger a las personas frente a los abusos, como la ablación del clítoris. Se había alcanzado un equilibrio en este punto, pero EEUU y el Vaticano temen que al reabrir el marco de consenso surjan cambios en otros puntos para ellos indeseables, como el aborto.

División latinoamericana

El tema de la energía está provocando divisiones dentro del grupo de los países en vías de desarrollo, el G-77, informa Pía Díaz. La mayoría de los países latinoamericanos apoyan la propuesta de Brasil de acordar que en 2010 un 10% de la producción de energía primaria proceda de las energías renovables, opción también defendida por la UE. Sin embargo, los países productores de petróleo se oponen a este plan. Como resultado de las disensiones, el G-77 no mantiene una postura clara en las negociaciones sobre esta cuestión. Pero tampoco entre los países latinoamericanos hay acuerdo, ya que Chile, por ejemplo, no quiere que se especifiquen metas porque considera que 2010 es demasiado pronto, mientras otros, como Colombia, apoyan ese plazo.

Policías surafricanos ayudan a un artificiero tras una alarma de bomba. Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible.
Policías surafricanos ayudan a un artificiero tras una alarma de bomba. Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible.EPA

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