Italia 'hace un siete' al textil español
El precio de los locales y la obtención de licencias dificultan el paso a las empresas extranjeras
¿Se ha preguntado alguna vez por qué compañías del calado y de la internacionalización de Cortefiel o Inditex no tienen todavía ninguna tienda abierta en Italia? ¿Cuáles son las causas por las que la industria nacional ha obviado un mercado de 66 millones de personas en el que la ropa es una verdadera religión? ¿Por qué España sigue manteniendo un déficit comercial anual en prendas textiles con Italia en torno a los 417.000 euros?
No hay una sola respuesta, son varias las causas que explican esta situación tan anómala. Algunas las impone la lógica, otras hacen referencia a la particular idiosincrasia italiana. Empecemos por las primeras. 'La competencia es tremenda, muy dura. Se calcula que hay unas 720.000 tiendas de ropa repartidas por el país transalpino. Una cifra única en todo el mundo si la comparamos con la población que tiene', explican en la firma de confección a medida Artesanos Camiseros, que ha conseguido abrir en el plazo de un año dos tiendas en régimen de franquicia en Monza y Turín.
Inditex ha tenido que recurrir a un socio inmobiliario italiano, el Gruppo Percassi, para poder abrir su primera tienda en Milán
Por si esta saturación fuera poco, hay que sumar un problema añadido: los elevados precios de los establecimientos. Una tienda de unos 30 metros cuadrados (una superficie bastantes reducida) en una zona céntrica de primer nivel, como puede ser la Vía Condoti, en Roma, cuesta unos 540.000 euros.
Una cantidad muy elevada si tenemos en cuenta que esa misma tienda situada en las mejores zonas comerciales de Madrid (Goya y Preciados) costaría tres veces menos. Algo similar sucede si en vez de comprar el local el empresario opta por el arrendamiento o el traspaso. Por término medio son dos o tres veces más caros que en España.
A todo esto hay que sumar 'la singularidad artística italiana', explica un experto del sector, 'que hace muy difícil encontrar locales comerciales aptos. Pues en muchos casos no existe la posibilidad de realizar las reformas necesarias que requiere la tienda para ofrecer el producto, puesto que hay una serie de elementos arquitectónicos o artísticos que lo impiden'.
Tampoco hay que olvidar que en Italia cuentan con un número reducido de centros comerciales. En Roma, por ejemplo, con tal consideración, sólo hay tres. La guinda final la pone 'la fractura económica que existe entre el norte y el sur del país, lo que da como resultado un mercado que no es homogéneo', analizan en Artesanos Camiseros.
La situación es tan complicada que una firma tan fuerte económicamente como Inditex ha tenido que recurrir a un socio italiano con experiencia en el sector inmobiliario, el Gruppo Percassi (cuyo papel para la empresa española ha sido 'determinante', según reconocen) para poner en marcha su primera tienda Zara. Un establecimiento que está abierto desde la pasada primavera en Milán y que cuenta con una superficie de 1.200 metros cuadrados.
Encontrar un espacio tan grande le ha supuesto a la firma gallega una búsqueda de varios meses. 'El principal problema', explican, 'estriba en que la regulación administrativa del sector comercial en Italia tiene una complejidad mayor que la de otros mercados, lo que ha dificultado la entrada de los grandes grupos de distribución de moda'. Esta regulación se traduce en la enorme dificultad para conseguir las licencias de apertura de los locales.
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