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Los técnicos buscan nuevos focos de legionela en Mataró tras el diagnóstico de otros seis casos

Sanidad teme que haya más torres de refrigeración clandestinas que propaguen la bacteria

El goteo de casos de legionelosis en Mataró no cesa. Ayer, seis días después del cierre de la última torre de refrigeración sospechosa de propagar la enfermedad, que se ha cobrado dos vidas, se diagnosticaron seis nuevos casos. Aunque la Generalitat mantiene la esperanza de que el brote remita antes de cinco días, cuando expire el periodo de incubación de los contagiados por la última torre clausurada, los técnicos temen que haya otros focos y siguen buscándolos. Los afectados ya son 95, de los que 22 se encuentran hospitalizados.

Los responsables de Hielos del Maresme, propietaria de la torre de refrigeración que podría haber propagado la legionela, vieron cómo se hacían públicas ayer nuevas irregularidades en su negocio. Además de no tener licencia de actividades para su nave de Mataró, los propietarios de la empresa producían hielo en el garaje de su casa de Cabrils, por lo que ayer el Ayuntamiento clausuró el negocio.

Irregularidades aparte, los vecinos del barrio de Cerdanyola se preguntan hasta cuándo durará el goteo de nuevos afectados, una pregunta que los técnicos no se atreven a responder. El Departamento de Sanidad está convencido de la culpabilidad de la empresa Hielos del Maresme y espera que la torre de refrigeración de esta firma, clausurada el pasado viernes, fuera el foco de la legionelosis.

Pero los técnicos no se fían y ayer siguieron rastreando el barrio en búsqueda de torres no censadas. A última hora de la noche habían registrado 210 torres sin hallar ninguna en situación irregular, informa Efe. Hoy realizarán una fotografía aérea del barrio para controlar las instalaciones existentes.

Pero ¿Por qué la legionela se desarrolla tan bien en estas instalaciones? Las torres de refrigeración dan a la legionela, una bacteria tan antigua como la vida misma, un hábitat ideal que difícilmente se reproduce en el medio natural. El agua de estas instalaciones se mantiene siempre a unos 40 grados de temperatura, 'el grado de calor óptimo para su proliferación', explica el miembro del Grupo de Trabajo Europeo de Infecciones por Legionela, Sebastià Crespi. Este biólogo advierte que acabar con la legionela es una aventura imposible, ya que 'está presente en todo tipo de aguas, sobre todo si están estancadas y a una temperatura de entre 20 y 45 grados'. Según Crespi, el calor es el único método eficaz para el tratamiento de las torres. 'La legionela no puede vivir a más de 60 grados', aclara. Apoyándose en esta tesis, un instalador de aire acondicionado de Mollet del Vallès y un técnico del Ayuntamiento de Barcelona han patentado un procedimiento que ataca a la bacteria introduciendo agua caliente en las torres de refrigeración, informa Sílvia Marimon. El sistema se basa en calentar el agua gradualmente para que la bacteria no se enquiste.

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