Amor y lujuria
Un día sin gimnasio, el jueves. Atroz. Me dio por pensar. Refugiada bajo una marquesina, con mi perro en brazos, mientras caía una granizada del carajo, me dije que parecíamos un cuadro viviente de la huida a Egipto, pero sin hombre. Lo cual me deprimió y, como siempre me ocurre cuando atravieso una situación definitiva, me hice una pregunta definitiva. ¿Está casada, también, Condoleeza Rice? Sí, la respuesta es sí, no me lo digan. Difícilmente podría soportarlo. Una aquí, protegiendo de la pedriza al fruto de su existencia, sola, sin pareja y sin paraguas.