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LA EXTRAÑA PAREJA
Columna
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Amor y lujuria

Un día sin gimnasio, el jueves. Atroz. Me dio por pensar. Refugiada bajo una marquesina, con mi perro en brazos, mientras caía una granizada del carajo, me dije que parecíamos un cuadro viviente de la huida a Egipto, pero sin hombre. Lo cual me deprimió y, como siempre me ocurre cuando atravieso una situación definitiva, me hice una pregunta definitiva. ¿Está casada, también, Condoleeza Rice? Sí, la respuesta es sí, no me lo digan. Difícilmente podría soportarlo. Una aquí, protegiendo de la pedriza al fruto de su existencia, sola, sin pareja y sin paraguas. Es como para cabrearse.

Entretanto, en la inquietante embarcación con la que hacen surquitos en el Mediterráneo, los 4A (A. Agar y A. Aznar) se prodigaban arrumacos, y A. A. le mordisqueaba el cuello a A. A. Y es que, como suele ocurrir en agosto (no hay más que irse a los territorios ocupados por Israel, o a las celdas de Guantánamo, para comprobarlo), el amor está en el aire, y eso me provoca un trastorno mínimamente tripolar.

De cómo la cronista atraviesa una pavorosa crisis, durante la cual llega a envidiar la felicidad de María José de Ubrique, de Ana Aznar y, cielos, incluso los paseos en moto náutica de Roci-Hito y su actual maromo.

De modo que allí, bajo la marquesina, con las compuertas celestiales abiertas y chorreando granizo, me hice unas cuantas preguntas definitivas más. ¿Me equivoqué al no contraer matrimonio? ¿O fue que erré al no salir con fiables hombres de derechas?

Extraje un pedrusco de 15 quilates de la oreja de mi can, miré al cielo encapotado y recordé las palabras proféticas que el clásico, es decir, Julio Iglesias, acababa de pronunciar, según una entrevista aparecida en La Vanguardia: 'Un billón de europeos está ansioso de ver el mapa del tiempo y comprobar que aquí se genera una energía solar que no tienen ellos'. Me pregunté si yo también me había equivocado, no en el pronóstico del tiempo, sino en la previsión de mi vida. ¿Por qué no me casé, mientras estuve a tiempo y mis lonchas gozaron de cotización en el parqué?

Por mi mente desfilaron, a la velocidad de la luz, más estremecedoras imágenes de parejas felices de hogaño. Roci-Hito y su novio, en moto náutica, dando rienda suelta a su amor en el Puerto de Santa María; María José de Ubrique, que guarda un asombroso parecido con la niña de El Exorcista, babeando encima de Jesulín en una corrida ajena. Qué no daría yo, pensé, estrechando a mi perro contra mi ardoroso pecho y entre mis poderosos brazos, por ir con un novio tipo España Va Bien, y en moto náutica, por el Puerto, si acaso el Puerto ha sobrevivido a la experiencia anterior.

Pero la visión de Julio Iglesias no había horadado mi mente en vano o porque sí, sino para salvarme. No, el matrimonio no me habría asegurado la felicidad y la compañía, ni siquiera con un marido de ley y orden. Firmas ese papel que es como un contrato de Microsoft, en el que tienes que señalar con una cruz el casillero Confiar Siempre en el Producto, y te dejan tirada lo mismo. Y ellos siempre gozan de una Segunda Oportunidad, diantres. Como el propio Julio Iglesias, que ha conseguido, por fin, su sueño secreto, una Familia Rubia.

Ni siquiera Gwyneth Paltrow encuentra hombres, al menos en Inglaterra, que es donde los busca últimamente. Será guapa, pero muy lista no parece: hay que buscarlos en Italia. Por lo menos, Berlusconi parece tener tiempo libre, ya que ha decidido grabar un disco antes o después de actuar como presentador en La Boda del Siglo (XII o XII).

No lo puedo soportar (todo en general) y agarro el teléfono.

-¿Tú crees que es justo? -pregunto a mi amiga Guillermina Motta, que está en casa porque también trabaja en agosto, preparando un disco pero de los de verdad.

-¿El qué?

-Los hombres siempre disponen de otra oportunidad, no importa la edad que tengan. ¿Has visto las fotos de Harrison Ford con Calista Flockhart, en el Hola? Haciendo de padre al hijo de ella, presentándole a su madre. ¿Por qué olvidan, ellos, con tanta facilidad? ¿Qué ha sido de la primera esposa? ¿No crees que Calista, pese a la anorexia, tiene las caderas como Javier Arenas?

-Te noto algo tensa -dice Motta.

Y, encima, mi preparador físico se niega a enseñarme a boxear. Según él, es muy malo para las articulaciones.

HARRISON FORD: <i>Los hombres siempre disponen de una segunda oportunidad, no importa la edad que tengan</i>
HARRISON FORD: Los hombres siempre disponen de una segunda oportunidad, no importa la edad que tenganEPA

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