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La crisis de US Airways amenaza con arrastrar al sector aéreo de EE UU

United Airlines, la segunda aerolínea del país, pide más créditos para evitar la quiebra

Enric González

El transporte aéreo estadounidense no consigue superar los efectos del 11-S. US Airways, una de las compañías más activas en la Costa Este, presentó el domingo un expediente de suspensión de pagos ante un juzgado de Virginia, con unas deudas de 7.830 millones de dólares. Y United Airlines, un gigante del sector, podría ser la próxima en caer. United afirmó ayer que estaba negociando préstamos para evitar el colapso, pero admitió que había contratado los servicios de un bufete de abogados especializado en suspensiones de pagos y quiebras.

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Para US Airways, el golpe del 11 de septiembre fue especialmente duro. Su aeropuerto-base, el Ronald Reagan de Washington, cerró durante semanas por su proximidad a los centros de poder de la capital y, casi un año después, aún no ha recuperado el ritmo previo a los atentados. El puente aéreo Washington-Nueva York, uno de los negocios básicos de US Airways, ha perdido clientes a medida que se ha hecho más incómodo: los pasajeros son minuciosamente registrados y no pueden abandonar su asiento durante el vuelo, ni siquiera para ir al baño.

US Airways, sin embargo, arrastraba desde finales de los noventa problemas que no tenían relación con el terrorismo y el desastre del pasado año. Sus costes operativos y financieros estaban entre los más altos del sector, pagaba alquileres carísimos por naves ya antiguas y había tratado de conseguir que sus 35.800 empleados aceptaran una rebaja de sueldo. Uno de los sindicatos aceptó, la semana pasada, una rebaja salarial que suponía para la empresa un ahorro anual de 570 millones de dólares a cambio de acciones de la empresa. Pero el acuerdo fue insuficiente para evitar la crisis.

El precio de las acciones había caído un 90% en los últimos 12 meses. Entre el viernes y ayer las acciones pasaron de 2,45 dólares a 50 centavos. La cotización tuvo que ser suspendida en la Bolsa de Nueva York.

La compañía mantuvo ayer con normalidad todos sus vuelos. 'Seguiremos funcionando y nuestros clientes no percibirán ninguna diferencia. Hemos tomado la decisión [de suspender pagos] con un proyecto sólido para resolver las dificultades financieras y recuperar la rentabilidad', afirmó David Siegel, presidente de US Airways. La compañía había sufrido pérdidas de más de 2.000 millones de dólares en 2001, y perdió unos 550 millones en el primer semestre de este año.

Según la documentación que aportó al juzgado para acogerse al artículo 11 de la Ley de Bancarrotas, sus activos sumaban 7.810 millones de dólares y sus deudas alcanzaban los 7.830 millones. Aunque podría parecer una situación de quiebra técnica, los analistas creen que US Airways puede ser aún viable. Ayer, el Bank of America y el Credit Suisse First Boston acordaron un crédito de 500 millones de dólares para la aerolínea.

Dos años atrás, US Airways hizo lo posible para conseguir que United Airlines la absorbiera, y en julio se anunció una alianza estratégica entre ambas compañías. United parecía también ayer al borde de la suspensión de pagos. Un portavoz de la empresa anunció que la dirección había solicitado nuevos préstamos por 1.800 millones de dólares, con el respaldo del gobierno federal, y que trabajaba en un plan de reducción de costes. 'Disponemos de un plan para salir de las dificultades financieras', dijo el portavoz Joe Hopkins.

Pero el desplome bursátil de UAL, la firma matriz de United, con una pérdida del 80% en el valor de las acciones desde el 11-S, ha dejado a la sociedad con una capitalización bajísima (332 millones de dólares, frente a los 1.700 millones de su rival American Airlines) y con un endeudamiento muy superior a sus activos. Las acciones de UAL caían ayer a media sesión un 15,77%.

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